“Responderemos de forma adecuada a los masivos ejercicios (militares), dado que se realizan cerca de nuestras fronteras (…) Naturalmente, tomaremos medidas preventivas durante las preparaciones para las maniobras conjuntas entre Georgia y la OTAN”, indicó el miércoles el vicecanciller ruso, Grigori Karasin, a la agencia local de noticias TASS.
Estos juegos de guerra, de acuerdo con TASS, tienen una escala “sin precedentes” y son previstas para marzo de 2019, a pesar de que Moscú ha denunciado en reiteradas ocasiones el refuerzo de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y EE.UU. cerca de sus fronteras occidentales, tachándolo de una “amenaza” para su seguridad nacional y un factor desestabilizador en la región.
El diplomático ruso aseguró que las acciones del bloque militar occidental, liderada por EE.UU., en 2008 preludiaron la agresión militar contra Osetia de Sur, liderada por el entonces presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili (2004-2013), una práctica que, según Karasin, va en contra del interés del Kremlin.
Responderemos de forma adecuada a los masivos ejercicios (militares), dado que se realizan cerca de nuestras fronteras (…) Naturalmente, tomaremos medidas preventivas durante las preparaciones para las maniobras conjuntas entre Georgia y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, indicó el vicecanciller ruso, Grigori Karasin.
“La presencia de las unidades de la OTAN suscita el aventurismo en políticos irresponsables, pero nosotros no queremos que eso ocurra otra vez”, subrayó el viceministro de Exteriores de Rusia.
Moscú denuncia el refuerzo de las tropas de la OTAN en los países fronterizos con Rusia –como Georgia–, tachándolo de una “amenaza” para su seguridad nacional y un factor desestabilizador en la región.
Tras la derrota de las tropas georgianas por el Ejército ruso en 2008, Moscú reconoció las independencias de Abjasia y Osetia del Sur, decisión que llevó a Tiflis a romper las relaciones diplomáticas con Moscú, pese a la oposición de los georgianos.
A comienzos de la década de los 1990, Abjasia y Osetia del Sur se escindieron de facto de Georgia tras sendos conflictos armados, en los que los separatistas contaron con el apoyo de Moscú.
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