La nacionalización del petróleo en Irán es un capítulo crucial en la historia del país. Comenzó con la Concesión D'Arcy en 1901, que permitió a Gran Bretaña controlar la industria petrolera iraní y, más tarde, la monarquía Pahlavi lo renovó bajo un acuerdo en 1933 entre Irán y el Gobierno británico, extendiéndolo hasta 1993.
El movimiento de nacionalización del petróleo tuvo su desarrollo en dos puntos esenciales: el nacional, liderado por el Dr. Mohammad Mosaddeq, y el religioso, liderado por el Ayatolá Kashani. Este movimiento tenía una clara visión estratégica, organizacional y combativa.
Más tarde, Inglaterra, recurriendo al acuerdo de 1933 llevó el caso del petróleo de Irán a la Corte Penal Internacional de La Haya, lo que deribó en una victoria para el país persa.
La nacionalización del petróleo en Irán en 1951, fue un acto de desafío contra la dominación extranjera y un paso hacia la independencia económica. La lucha por controlar los recursos naturales sigue siendo un tema central en la política internacional, y la experiencia de Irán sirve como ejemplo para otros países que buscan proteger sus intereses nacionales.
La nacionalización del petróleo es un tema importante en la historia de Irán, y transcurridos más de siete décadas, su legado se refleja en la cultura y política del país.
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