Este domingo, en una sesión ministerial con el Gabinete iraní, tras nombrar al nuevo representante especial de Irán para Afganistán, Raisi ofreció sus condolencias al pueblo afgano por los atentados terroristas del viernes contra una mezquita de la ciudad de Kandahar, en el sur del país centroasiático.
El mandatario dijo que estos ataques se llevan a cabo con el propósito de crear discordia, guerra y derramamiento de sangre entre las diferentes ramas del Islam, por lo que pidió a los funcionarios afganos que utilicen las capacidades nacionales y garanticen la seguridad del país.
“El creciente número de actos terroristas, que se llevan a cabo en consonancia con la estrategia desestabilizadora de Washington en Afganistán, indican la expansión del círculo de medidas terroristas en ese país. Por lo tanto, se espera que los gobernantes de ese país cumplan con su responsabilidad de garantizar la seguridad de la nación y no olviden las capacidades nacionales para proveer la seguridad”, subrayó.
El jefe del Ejecutivo iraní invitó a los clérigos musulmanes y a los organismos internacionales a prestar atención al sufrimiento del pueblo afgano. Reafirmó una vez más el apoyo de Irán a Afganistán y expresó la disposición de Teherán a a ayudar y a tener una cooperación total para establecer la estabilidad y seguridad sostenibles para el pueblo afgano.
Más de 60 personas murieron en tres explosiones consecutivas contra una mezquita chií en la ciudad sureña de Kandahar, durante la oración del viernes último. El acto terrorista se produjo justo una semana después de que un atentado con bomba matara a más de 150 personas y dejara decenas de heridos en otra mezquita chií de la ciudad nororiental de Kunduz.
Ambos atentados fueron reivindicados por una filial local del grupo terrorista takfirí Daesh, que tiene un largo historial de ataques contra la minoría chií en Afganistán.
En una declaración el viernes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán condenó como “crimen antihumano” el ataque terrorista en Kandahar, e instó a la unidad entre los musulmanes chiíes y suníes para contrarrestar los complots divisorios de los enemigos.
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