EE.UU. mató la madrugada del viernes al comandante de las Fuerzas de Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el teniente general Qasem Soleimani, y el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Mohandes, en un bombardeo cerca de la terminal de carga del aeropuerto internacional Muhamad Alaa en Bagdad, capital iraquí.
En nuevo comentario hecho la misma jornada del viernes, el secretario del Consejo de Discernimiento del Sistema de la República Islámica de Irán, Mohsen Rezai, subrayó que hay diferentes observaciones sobre las razones que dicen presionaron a Trump para que adoptara tal decisión, como la posibilidad de su juicio político (impeachment), las constantes derrotas de la política de EE.UU. a nivel internacional y las presiones de Arabia Saudí.
Todas las especulaciones, de acuerdo con el alto funcionario, son posibles, pero lo que sí es seguro es que el inquilino de la Casa Blanca no lo hizo “en condiciones normales”. “EE.UU. cometió un suicidio político-militar y arriesgó todo”, sentenció.
En las declaraciones vertidas en un programa televisivo iraní, el alto funcionario, no obstante, consideró el cobarde asesinato del general iraní como el resultado de “una conspiración estadounidense-israelí”.
Rezai explicó que el comandante de las Fuerzas de Quds había llegado de Siria a Irak y fue golpeado por los aviones no tripulados estadounidenses (drones) luego de haber subido a un vehículo en el aeropuerto.
“Israel podría haber proporcionado a EE.UU. datos del vuelo del general Soleimani, por lo que se trata de un complot estadounidense-israelí”, reiteró el secretario del Consejo de Discernimiento del Sistema iraní.
La nueva decisión de Trump, que volvió a sorprender al mundo, ha provocado también la indignación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que califica el asesinato “selectivo” del general Soleimani, “ilegal” que “viola el derecho internacional”.
El alto estrega iraní, considerado el general más destacado en Oriente Medio en 2017 por varios analistas y observadores, desempeñó un papel relevante en los duros combates en Irak y Siria contra los grupos terroristas, muchos de ellos respaldados por el régimen israelí, países occidentales y ciertas monarquías árabes, razón por la cual había recibido varias amenazas de muerte en concreto, desde el servicio de inteligencia de Israel (el Mossad).
Las unidades de Al-Hashad Al-Shabi también han desempeñado un papel crucial en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) y su erradicación de Irak.
De hecho, el resurgimiento de Daesh ante la ausencia del general Soleimani y las fuerzas populares, allanaría el camino para la permanencia de las fuerzas extranjeras en el país rico en reservas petrolíferas y de gran importancia geopolítica; dos puntos difíciles de ignorar por un poder imperialista como EE.UU.
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