La misiva en cuestión tiene como objetivo dar aviso sobre “la alarmante situación de la seguridad, creada recientemente en la región del Golfo Pérsico”, ha explicado el embajador de Irán ante las Naciones Unidas, Mayid Tajt Ravanchi, en la carta dirigida al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, y al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU).
El diplomático persa señala en la nota –publicada este lunes– que “actualmente, hay indicios de que ciertos grupos fuera de la región buscan alcanzar sus intereses ilegales a través de propagandas y la publicación de informaciones y noticias falsas, así como mediante el envío de fuerzas navales al Golfo Pérsico”.
El objetivo de estos movimientos, asegura Tajt Ravanchi, es “intensificar la división” entre los países del Golfo Pérsico, reducir la confianza entre ellos y “aumentar la inseguridad y la tensión” en la región. Agrega que, si la situación no es controlada, existe la posibilidad de que tarde o temprano se produzca “una crisis innecesaria”.
Según el representante iraní ante la ONU, la República Islámica siempre ha rechazado el conflicto y nunca elegirá la guerra como una opción o estrategia en la consecución de su política exterior; sin embargo, “si se nos impone una guerra, Irán defenderá decisivamente a su pueblo y protegerá sus intereses, utilizando su derecho inherente a la legítima defensa”, ha remarcado Tajt Ravanchi.
Actualmente, hay indicios de que ciertos grupos fuera de la región buscan alcanzar sus intereses ilegales a través de propagandas y la publicación de informaciones y noticias falsas, así como mediante el envío de fuerzas navales al Golfo Pérsico”, alerta el embajador de Irán ante las Naciones Unidas, Mayid Tajt Ravanchi.
Al respecto, Tajt Ravanchi ha solicitado a la comunidad internacional, en especial las Naciones Unidas, no permanecer indiferente ante la “actual situación turbulenta” en la zona del Golfo Pérsico.
Ha precisado que la República islámica de Irán está convencida de que la única manera para solucionar “las complejas cuestiones de seguridad” en la región es mediante del diálogo entre los países del Golfo Pérsico.
Dicho diálogo, acentúa el funcionario persa, debe basarse en el “respeto mutuo” y en particular el respeto a la soberanía, la integridad territorial y la independencia política de todos los países, así como evitar amenazas o el uso de la fuerza.
Recordando el artículo 8 de la resolución 598 del CSNU aprobada en el año 1987 que convoca al secretario general del Consejo revisar las medidas necesarias para “promover la seguridad y estabilidad en la región”, Tajt Ravanchi ha dicho que el organismo internacional puede aplicar dicho artículo y así allanar el camino para poner en marcha diálogos entre los países de la región.
La región del Golfo Pérsico vive momentos de extrema tensión por las amenazas de las autoridades de Estados Unidos y las medidas de la Casa Blanca para intensificar su militarización en Oriente Medio como una “advertencia a Teherán”. Las autoridades iraníes, a su vez, consideran la retórica belicosa de funcionarios estadounidenses hacia la República Islámica como “una mera guerra psicológica”.
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