Una masiva protesta se registra este sábado en Lima, la capital peruana, donde los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso y el cese de la represión de las protestas.
Mientras los indignados se dirigían hacia el edificio del Congreso, se han enfrentado con las fuerzas policiales, que han disparado gases lacrimógenos para evitar el avance de los manifestantes.
La nueva jornada de protestas se realiza a horas de que el Congreso peruano rechazara aprobar el adelanto de las elecciones para octubre del 2023; una petición que había formulado la presidenta Boluarte como una solución a las protestas antigubernamentales que se registran prácticamente a diario desde la primera semana de diciembre de 2022.
A su vez, el Gobierno de Boluarte ha objetado la decisión del Congreso y lo ha instado a dejar a lado sus intereses personales y partidistas para “allanar una salida a la crisis política” tras protestas y bloqueos que constituyeron hasta este mismo día.
El viernes, Boluarte instó a los parlamentarios a aprobar el adelanto electoral para este mismo año, un pedido que llega luego de mes y medio de incesantes protestas y brutal represión policial que deja casi 60 muertos, cientos de heridos y detenidos.
El bloqueo de carreteras que conectan con el sur del país genera desabastecimiento de alimentos, combustible en Cusco, Arequipa, Tacna y Puno, que alegan ser las más pobres, olvidadas y discriminadas por sus poblaciones de mayoría indígena.
Los precios de los alimentos y la gasolina se han triplicado. “Se han incrementado los precios de la verdura, las frutas. Todo ha subido, me parece que deberían pasar los vehículos que nos abastecen”, dijo Jacqueline Flores, habitante de la ciudad de Puno.
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