En marchas celebradas la noche del sábado frente al cuartel general del ejército de ocupación en Tel Aviv y la residencia del premier Benjamín Netanyahu en Caesarea, los manifestantes exigieron elecciones inmediatas y un acuerdo con la Resistencia palestina para liberar a todos los retenidos israelíes.
“Elecciones ahora”, “Un acuerdo diplomático”, “El grito de las madres: saquen a nuestros soldados de Gaza ahora” e “Israel no sobrevivirá si no lo derrocamos (a Netanyahu)”, fueron algunas de las frases que se leían en las pancartas.
Un general de división de las fuerzas de reserva israelíes, Guy Zur, que asistió a la protesta, criticó que Netanyahu hubiera “sacrificado” a los israelíes por sus “necesidades políticas y amor al poder” y que continuase alimentando el conflicto con su “máquina de veneno”.
Otra manifestante, Rotem Telem, dijo que su participación en la manifestación se debía a un sentimiento de “desesperación y miedo” por la situación actual.
“No podemos ganar esta guerra. No se pueden cambiar paradigmas con la guerra. La muerte de niños no es una política”, enfatizó, denunciando que Netanyahu dio prioridad a sus propias “ambiciones políticas”.
En Cesarea, los manifestantes, coreando consignas por la destitución inmediata de Netanyahu, sostenían carteles con una huella de una mano ensangrentada y la palabra “Culpable”.
Rally against Netanyahu in Tel Aviv pic.twitter.com/1aYxoVEGZI
— S p r i n t e r (@Sprinter99800) December 23, 2023
El ejército de ocupación israelí emprendió desde el 7 de octubre una guerra genocida contra la población en la Franja de Gaza en venganza por su fracaso ante la operación Tormenta de Al-Aqsa lanzada por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), en respuesta a la intensificación de los crímenes israelíes contra los palestinos.
Sin embargo, casi tres meses después de la ofensiva, el régimen no ha logrado sus objetivos de “destruir a HAMAS” y librar a cautivos israelíes a pesar de acabar con la vida de más de 21 800 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
A finales de noviembre se firmó un alto el fuego humanitario de una semana de duración y se produjo el intercambio de 240 presos palestinos detenidos por Israel y 105 cautivos israelíes retenidos por HAMAS, entre ellos 81 israelíes y 24 extranjeros, en Gaza.
Israel cree que unos 129 cautivos siguen retenidos en Gaza, mientras que se cree que hay 7000 palestinos en prisiones israelíes, muchos de ellos capturados sin cargos, ni juicio justo.
Netanyahu señaló el sábado que el ataque contra Gaza duraría “muchos meses” y que los militares necesitaban tiempo para “alcanzar sus objetivos”.
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