El secretario general del movimiento Iniciativa Nacional Palestina, Mustafa Barguti, denunció el domingo el controvertido plan israelí de anexionarse partes de la Cisjordania ocupada.
El plan de anexión israelí, anunciado en abril por el primer ministro en funciones del régimen israelí, Benjamín Netanyahu, acaba, según Barguti, con dos quimeras: la primera, pensar en EE.UU. como mediador del llamado proceso de paz palestino-israelí, y la segunda, la posibilidad de llegar a un acuerdo con Israel, que “está enviando un mensaje obvio de que quiere toda Palestina y Jordania”.
El responsable palestino, en otra parte de la entrevista concedida al Centro de Información Palestino (PIC, por sus siglas en inglés), dijo que el nuevo plan expansionista israelí es “un mensaje” alto y claro para quienes todavía piensan que la paz con el régimen de “ocupación” es posible.
La realidad —enfatizó— es que “los palestinos viven en una lucha y confrontación continuas” con Israel, por lo que todos los grupos palestinos “deben dejar de lado sus diferencias y aunar fuerzas para hacer frente al régimen de Tel Aviv, que está devorando a todos los palestinos.
Netanyahu y su exrival en las elecciones, Benny Gantz, acordaron el pasado abril proceder a la anexión de extensas partes de la ocupada Cisjordania a partir de julio.
La iniciativa israelí es parte del llamado “acuerdo del siglo” de EE.UU., que decantándose claramente por Israel, deja a los palestinos una autonomía limitada dentro de una patria discontinua y olvida la problemática de millones de refugiados palestinos deseosos de retornar a sus tierras.
Muchos países y organizaciones internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han repudiado el plan israelí y advertido de las graves consecuencias que tendrá para la paz y la seguridad de Asia Occidental.
Los palestinos aseguran que no van a quedarse de brazos cruzados ante los crímenes de Israel y plantarán cara a los planes del nuevo ejecutivo de coalición israelí.
