Publicada: viernes, 31 de mayo de 2024 16:35
Actualizada: sábado, 1 de junio de 2024 3:49

En este artículo abordamos qué factor le ha llevado al régimen israelí a cometer tantos crímenes en la Franja de Gaza y quién le ha permitido esta impunidad.

Por Sdenka Saavedra Alfaro 

Israel no sólo ha llevado a la hambruna, a la peor crisis humanitaria a la Franja de Gaza en Rafah que albergaba a más de 600 000 niños los que sufren desnutrición, mutilaciones, trauma enfermedades o lesiones; sino que está perpetrando su peor estrategia de exterminio fracasada al quemar vivos a los palestinos, entre ellos niños y bebés calcinados, en sus mortíferos ataques a las tiendas de campaña de desplazados; el más reciente al campamento de refugiados palestinos de Tal as-Sultan, el que provocó un enorme infierno que se cobró la vida de unos 50 palestinos, donde más de la mitad de ellos fueron niños y mujeres, el 26 de mayo de esta gestión, según la Media Luna Roja Palestina.

El régimen sionista de Israel se hunde cada vez más, peor aún, al no acatar órdenes emitidas en su contra por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), como la declarada el 24 de mayo para que detenga “inmediatamente” su ofensiva en Rafah, petición hecha por Sudáfrica después de que el Ejército israelí diera comienzo a la operación terrestre forzando el desplazamiento de unas 800 000 personas desde principios de mayo.

El régimen ocupacionista israelí, no sólo está violando el derecho internacional al ejecutar crímenes de guerra y lesa humanidad; sino que estatuye una imagen cruda y cínica ante la Comunidad Internacional, dando a entender que ellos son impunes e intocables; bajo ese eslogan para Tel Aviv y Washington, las leyes internacionales, sus instituciones jurídicas y judiciales solo sirven para los parias del tercer mundo.

EE.UU. en su calidad de gendarme del régimen de Israel, representa un peligro para el mundo al continuar armando al ejército israelí; pues sus crímenes intencionales son accionados con sus propias municiones y bombas como “La GBU-39, fabricada por la firma estadounidense Boeing, una munición de alta precisión de 110 kg”; según el análisis por cuatro expertos en armas explosivas divulgado por la propia CNN, y New York Times, concluyendo que los palestinos fueron calcinados vivos en Rafah con armas estadounidenses.

Ese es el doble rasero de EE.UU., ya que el envío de armas a Israel suma más de 1000 millones de dólares, y no sólo es el causante de esta masacre, sino que su belicismo también está pulverizando a la humanidad, por ejemplo sus invasiones desde 2001 en Afganistán, Irak, Libia, Pakistán, Somalia, Siria y Yemen  han dejado más de 4,6 millones de muertos, cifras que todavía continúan creciendo con el genocidio sostenido por su aliado israelí en la Franja de Gaza que lleva al presente más de 37 000 palestinos asesinados.

Washington no solo sostiene y patrocina crímenes; sino que también los incita, tal cual lo manifestó la exrepresentante de la Casa Blanca Nikki Haley ante las Naciones Unidas, quien escribió mensajes como: “acaba con ellos. USA ama Israel”, mientras visitaba asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania.

La limpieza étnica y las demoliciones que continúan llevándose a cabo en la Franja de Gaza, es producto del sionismo, el que fue creado por Theodor Herzl, por Irgun y Levi antes de que la ONU favoreciera a la creación de Israel en 1948, quienes señalaron entre otras cosas que “Los palestinos son ratas”, que “los árabes son basura”.

Estamos conscientes que el reconocimiento de los gobiernos de España, Irlanda y Noruega a Palestina como un Estado soberano —elevando a 146 el número de Estados en su reconocimiento — es una muestra de apoyo moral a la existencia de la Palestina histórica; sin embargo, no servirá de solución al conflicto de fondo que siempre ha sido el régimen colonial y de “apartheid” israelí, sino que los reconocimientos a su calidad de Estado deben ir acompañados por la rotura de relaciones diplomáticas, corte de las relaciones comerciales en especial en el envío y venta de armas a Tel Aviv; así como incoar y apoyar  procesos penales y jurídicos ante la Corte Penal Internacional  y la CIJ.

En esa línea, no basta reconocer al estado Palestino —que no deja de ser un apoyo — sino es de vital importancia romper toda relación con las empresas sionistas, aplicando paralelamente el BDS (boicot, desinversiones y sanciones) para castigar comercial y económicamente al régimen israelí, siendo estas urgentes si es que un estado “x” quiere realmente parar el genocidio y las masacres en el pueblo Palestino; lo demás son cantos de sirenas.


Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal internacional de HispanTV, profesora e investigadora boliviana