En las últimas semanas, Irán ha sido escenario de violencia callejera a raíz del fallecimiento de Mahsa Amini, días después de ser detenida por la policía. Aunque la Organización de la Medicina Forense de Irán confirma que esta muerte se produjo por un fallo orgánico múltiple y no por golpe en la cabeza o en órganos vitales, los países occidentales han culpado, desde el principio, a los agentes policiales del incidente, haciendo todo lo posible para manipular la información, en busca de exacerbar a la ciudadanía a salir a las calles a protestar contra el sistema de la República Islámica de Irán.
Un análisis de los acontecimientos y las acciones coordinadas de los alborotadores demuestra una planificación organizada detrás de todos estos hechos para perturbar la seguridad del país persa. A continuación revisamos los seis factores principales de los disturbios registrados en Irán.
Organización y predeterminación
Los patrones de comportamiento de los alborotadores prueban que estos eventos no son, de ninguna manera, una protesta popular, sino que hay evidencias obvias de que están organizados. Como ejemplo, desde los primeros días, los agentes encontraron en los bolsos de casi todos los detenidos herramientas similares como gafas de natación, encendedores y cigarrillos, lo que significa que estas personas han salido a la calle con fines predeterminados. Además, las cámaras de seguridad demuestran que los líderes de los alborotadores no permanecen en un mismo lugar y han aparecido de momento a momento en protestas en diferentes localidades.
Redes sociales, motor de los disturbios violentos
Aunque en los últimos años, las redes sociales y los medios de comunicación han jugado un papel importante en la organización e incitación de disturbios, esta vez el desempeño coordinado, integrado y generalizado de algunas plataformas de redes sociales, como Instagram y Twitter, demostró que estas plataformas son la principal fuerza impulsora del enemigo para dirigir los disturbios. De hecho, estas redes sociales bloquearon contenidos contra los disturbios, mientras que las cuentas nacionales y extranjeras, que se utilizan hashtags específicos en apoyo de los disturbios, recibieron rápidamente un apoyo amplio.
Incluso, el número de ‘likes’ de algunos tuits no coincide con el tiempo de su publicación, el historial de actividades de la cuenta que las emitió o incluso con la cifra de todas las cuentas de usuarios que son persas o hablan el idioma. En términos más simples, la plataforma está actuando fuera de sus propias reglas y regulaciones, apoyando con toda su fuerza los disturbios.
Celebridades, principales actores en la escena de los disturbios
Varios destacados deportistas y artistas han actuado como los principales actores en la escena de los últimos disturbios en Irán, debido a su gran influencia en la sociedad, especialmente entre la generación joven. Desafortunadamente, algunas celebridades, a pesar de no tener conocimiento suficiente de temas políticos y, a veces, incluso culturales y sociales, hicieron comentarios explícitos sobre eventos y asuntos políticos, actuando de acuerdo con ciertos corrientes extranjeros. Entretanto, los medios satelitales, antiraníes y contrarrevolucionarios, hicieron un gran esfuerzo por resaltar a estos personajes.
Por otro lado, algunas celebridades internacionales que ni siquiera pueden determinar la ubicación geográfica de Irán y no tienen información sobre de la sociedad iraní, la religión islámica y el tema del hiyab, comentaron en apoyo de los disturbios.
Devastación de los bienes públicos
A lo largo de los últimos disturbios, los alborotadores, cuyas demandas no son reales y alegan protestar por la muerte de Amini, destruyeron la propiedad pública, bloquearon las calles, incendiaron botes de basura e incluso destruyeron los autos de la gente en la calle. Además, atacaron las tiendas, rompieron las ventanillas de los coches o destruyeron los semáforos; una sedición de seguridad que su principal víctima es la población iraní.
Contrarrevolucionarios y oposición
Desde el inicio de los disturbios, los grupos de la oposición y elementos que actúan contra la Revolución Islámica y son únicos en términos de número y diversidad —con antecedentes de ataques armados y terroristas contra la nación iraní—, han desempeñado un papel en el escenario de los disturbios, mostrándose unos más efectivos que otros en los últimos acontecimientos y reclamando que tiene más influencia sobre la gente.
Violencia organizada y matanza de la población
El ‘proyecto de matanza’, que desde hace muchos años se está ejecutando contra Irán, es otro plan de los enemigos para desestabilizar el país persa. De hecho, se trata de matar a un civil inocente e intentar de culpar al sistema por el asesinato, para aumentar el descontento social e intensificar los disturbios.
Prueba de eso es la muerte de personas en un lugar a considerable distancia de las concentraciones o con armas que no pertenece a la policía. Además, se ha descubierto numerosos cargamentos de armas en los meses anteriores a estos disturbios, lo que muestra la determinación del enemigo de implementar este proyecto dentro del país.
Es más, el aumento significativo en el nivel de violencia en los últimos disturbios y el asesinato de agentes del orden con armas blancas o escopetas muestra que los alborotadores buscan cuestionar a la Policía, crear miedo entre la población y, de esta manera, hacer más sangrientos los disturbios.