• Trabajadores de la refinería El Palito, situada en el estado venezolano de Carabobo, reciben al petrolero iraní ‘Fortune’, 25 de mayo de 2020.
Publicada: martes, 26 de mayo de 2020 12:15

La llegada de los petroleros iraníes a las costas de Venezuela supone una nueva afrenta para Trump, además de una manifestación del poderío de Irán.

Desde que se conociera que la República Islámica de Irán había enviado cinco buques cisterna a Venezuela para paliar la gran escasez de combustible que sufre el país caribeño a raíz de las medidas coercitivas impuestas por la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, en el marco de su campaña de presión contra el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, el mundo entero estaba a la expectativa de si asistiría a un nuevo prólogo de un episodio de enfrentamiento entre Washington y Teherán, así inicia un artículo recientemente publicado en el portal digital del diario Rai al-Youm.

Mucho antes de la llegada del primer petrolero iraní, llamado ‘Fortune’, a las aguas territoriales de Venezuela, un alto funcionario del Gobierno de EE.UU. aseguró, en un comunicado, que Washington estaba sopesando una serie de medidas para impedir el traslado del combustible fósil al país sudamericano.

Dicho y hecho, EE.UU. envió varias flotas de su Armada al mar de Caribe para bloquear el paso de los buques cisterna, cargados de combustible iraní, con destino a las refinerías venezolanas, y como era de esperar, la medida chocó con el apercibimiento de las autoridades persas a sus contrapartes estadounidenses de que se atuviesen a las consecuencias si procedían a hacer realidad su amenaza de abordar sus petroleros, que, conforme a Teherán, constituiría un acto de piratería a la luz del día.

Al respecto, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, remitió una carta al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en la que le alertaba de que Teherán se reservaba su derecho a responder ante cualquier acción injerencista de EE.UU. en la región del mar Caribe que derivase en una acción ilegal con el bloqueo de sus petroleros.

Por su parte, el vicecanciller persa para Asuntos Políticos, Seyed Abás Araqchi, convocó al embajador suizo en Teherán (capital iraní), Marcos Lightner, —representante en Irán de los intereses de EE.UU.— para expresar oficialmente la protesta de la República Islámica por las amenazas lanzadas por Washington contra los buques cisterna, de pabellón iraní, que están en ruta hacia Venezuela.

No sabemos qué siente el presidente Donald Trump al monitorear la llegada del primer petrolero iraní a un puerto venezolano, una iniciativa (de Teherán) que representa un claro desafío a sus amenazas y una derrota del brutal asedio que ha impuesto a Venezuela, pero lo que sí sabemos a ciencia cierta es que se siente un hombre frustrado y fracasado”, con estas palabras el Rai al-Youm elogia la referida medida de Irán.

Es más, es la primera vez que Irán exporta combustible a América Latina, y lo está haciendo en el marco de la alianza entre Teherán y Caracas, que busca abastecer a Venezuela en medio de las medidas coercitivas de EE.UU. a este país para derrocar el Gobierno de Maduro.

El ‘Fortune’, el primero de los cinco petroleros iraníes que, en total, transportan más de 1,5 millones de barriles de gasolina a Venezuela en momentos en los que el país sudamericano atraviesa una escasez de combustible debido a las sanciones de EE.UU., atracó el domingo en el puerto de la refinería de El Palito, situada en el municipio de Puerto Cabello, en las costas del estado venezolano de Carabobo.

El segundo buque cisterna de pabellón iraní, de nombre ‘Forest’, se adentró el lunes en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Venezuela y navega escoltado por la Armada del país caribeño para evitar cualquier provocación proveniente de los navíos estadounidenses presentes en la región del mar de Caribe y el tercer petrolero, de nombre ‘Faxon’, se espera que su llegada se produzca el miércoles.

El Rai al-Youm prosigue resaltando que la medida de Teherán de apoyar al pueblo y Gobierno venezolanos en estos momentos constituye una derrota sonada para el bloqueo económico de EE.UU. sobre la nación bolivariana. “La principal diferencia entre Irán y EE.UU. estriba en que Teherán ha enviado productos petroquímicos a una nación sitiada, cuyos líderes han expresado un ‘No’ rotundo a los intentos de EE.UU. por doblegar su férrea voluntad de ser soberanos y, en cambio, Washington ha enviado a sus mercenarios para derrocar al presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro, a fin de poner a uno de sus mercenarios al mando de la nación bolivariana”, acentúa el texto.

De acuerdo con el artículo, el dirigente arrogante y coercitivo de EE.UU. se ha dado cuenta perfectamente de que, cuando Irán lanza una amenaza a fin de preservar sus intereses nacionales, que podrían ser objeto de agravios de parte de sus adversarios, a sus autoridades no les tiembla el pulso a la hora de materializarla.

El magnate neoyorquino es consciente de que, cuando el presidente iraní, Hasan Rohani, le advirtió que Irán se vengaría, con consecuencias devastadoras, de EE.UU. si este país creaba problemas a los petroleros con bandera iraní en aguas internacionales, no se estaba marcando un farol, añade el escrito.

 

El mandatario iraní, agrega, fue muy preciso al dejar en claro a su homólogo estadounidense que cualquier acción injerencista de acoso a los buques cisterna de su país conllevaría una dura respuesta por parte de las Fuerzas Armadas de Irán a los intereses estadounidenses presentes tanto en las aguas del mar de Caribe como en el Golfo Pérsico y el mar de Omán, donde cientos de barcos de bandera norteamericana navegan a diario, pues son vías marítimas de suma importancia para el comercio del crudo a nivel mundial.

En su apercibimiento, Rohani recalcó a su interlocutor republicano que un posible bloqueo del paso de los buques cisterna de bandera iraní en las aguas tropicales del Caribe constituiría una flagrante violación del derecho internacional, del principio de libertad de navegación en alta mar y, por ende, Teherán tomaría las medidas que creyera oportunas en base a su derecho a preservar la soberanía e integridad de sus buques mercantes.

Según el informe, cuando hace un año la Armada británica se apoderó de un petrolero iraní, llamado ‘Adrian Darya 1’, con destino a las costas de Siria en el estrecho de Gibraltar, a petición de las autoridades estadounidenses, la Marina del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán detuvo un buque del Reino Unido en las aguas del Golfo Pérsico por contrabando de combustible.

Las fuerzas iraníes retuvieron, a mediados de julio de 2019, al petrolero británico, llamado ‘Stena Impero’, en el estrecho de Ormuz por “haber violado las normas internacionales del transporte marítimo”.

Esta medida supuso un sonado descrédito para la imagen de una flota naval de EE.UU, presente en las aguas del Golfo Pérsico y el mar de Omán, so pretexto de garantizar la seguridad marítima de la región, por lo que no se atrevió a intervenir en la operación iraní de la retención del buque británico, anota el texto, para luego proseguir explicando que, en aquel entonces, Trump salió diciendo que la flota de buques militares de su país solo obedecían al orden de salvaguardar la seguridad de los navíos de pabellón estadounidense que transiten por las referidas vías marítimas de la región de Asia Occidental.

Las declaraciones del líder republicano supusieron un duro revés para su aliado británico, ya que Londres había retenido al buque petrolero iraní ‘Adrian Darya 1’ a instancias de la Casa Blanca.

 

Las políticas punitivas de EE.UU. en contra de Venezuela, Irán y Siria han caído en saco roto y pronto fracasarán esas mismas medidas con China y Rusia, augura el Rai al-Youm, puesto que, conforme señala, esta política evidencia la intimidación arrogante del Occidente, liderado por Washington, que, no obstante, ha perdido su eficacia y ha provocado que todo el mundo se una contra esta política hostil dirigida en perjuicio de todos aquellos países que han decidido proteger y preservar su soberanía e independencia respecto al yugo del imperialismo de EE.UU.

De hecho, el portal digital resalta que esta resistencia de los pueblos soberanos del mundo representa una gran sacudida para las políticas imperialistas y hegemónicas de Washington.

De acuerdo con el medio digital, “la solidaridad de Irán con su socio y aliado venezolano pone de relieve que existen países que no se amilanan con las amenazas de EE.UU. y están listos para luchar militarmente para defender la dignidad de sus socios y aliados”.

Así pues, destaca que el arribo de los cinco petroleros iraníes a los puertos venezolanos es la mayor derrota de la arrogancia estadounidense, y si EE.UU. osa provocar a Irán, sin duda alguna ello constituirá el preludio de una serie de derrotas similares, especialmente en las aguas del Golfo Pérsico y el mar de Omán.

“No nos olvidemos de cómo el dron (aeronave no tripulada) estadounidense ‘Global Hawk’ fue derribado por un misil iraní, y si EE.UU. sigue empeñado en escalar las tensiones regionales con Teherán, volveremos a atestiguar un escenario de mayor humillación para los estadounidenses, protagonizado por las fuerzas de Irán”.

A modo de colofón a su informe, el artículo anota que el mundo está viviendo un momento histórico al ser testigo de cómo Irán ha propinado un nuevo revés, en toda regla, a Trump, dejando en evidencia que las naciones sitiadas por EE.UU. pueden, si poseen la suficiente voluntad, plantar cara y resistencia a los planes hegemónicos e imperialistas de Washington, cuyos halcones de la Casa Blanca les tienen reservados para someterles y apoderarse de sus recursos naturales.

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