Los condenados fueron declarados culpables de atacar, en agosto de 2013, una comisaría de policía en la provincia de Minya, cuando las fuerzas de seguridad dispersaron las manifestaciones celebradas a favor del expresidente electo Mohamad Mursi en la capital. De acuerdo con las fuentes, cientos de manifestantes y 9 policías murieron en este asalto.
De los 418 procesados, 350 fueron juzgados el jueves en ausencia y recibieron condenas de 25 años de cárcel o cadena perpetua. El resto de los acusados estuvo presente en la corte y enfrentó penas de entre dos y 10 años de prisión por su pertenencia al movimiento "prohibido" de los HHMM y el "sabotaje de instalaciones públicas y la policía".
Desde el derrocamiento de Mursi el 3 de julio de 2013 en un golpe de Estado militar, las autoridades egipcias, con el aval del actual presidente, Abdel Fatah al-Sisi, han reprimido violentamente a los simpatizantes de los HHMM, agrupación a la que pertenece el depuesto mandatario.
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