Desde que llegó al poder, el presidente Donald Trump, minimiza los beneficios de su relación con México al emitir órdenes ejecutivas de todo tipo como los aranceles, para militarizar la frontera o la seria amenaza de extinguir a los cárteles de la droga mexicanos.
Para rematar con el paquete de imposiciones, quiere cambiar el nombre al Golfo de México. Desde el Palacio Nacional la presidenta de México, aclaró que Trump no puede hacerlo y recordó las leyes internacionales en la materia.
En caso de que con el cambio de nombre Trump tenga intenciones expansionistas, la presidenta mexicana, aclaró los límites que tiene Estados Unidos en el Golfo de México que tiene riqueza petrolera.
Estados Unidos, afirma la presidenta, solo tiene injerencia sobre sus 22 millas náuticas, donde sí puede cambiar denominaciones, sobre el resto del enorme cuerpo de agua, el Golfo de México, no puede.
Senadores mexicanos dicen que hay que hacer un frente común a las imposiciones de Trump.
La intención del cambio de nombre del Golfo de México, una extensión marítima para América del Norte y varias naciones del caribe, puede que sea una ocurrencia de Donald Trump, refleja el talante autoritario e imperialista y que corre por la delgada línea de la injerencia en asuntos internos de otros países.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
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