Jens Stoltenberg ha acusado este jueves a la inteligencia rusa de preparar una serie de ciberataques contra la infraestructura de varios países, sobre todo de Ucrania, y ha declarado que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está dispuesta a utilizar medios no cibernéticos para responder.
“Para que la disuasión tenga pleno efecto, los posibles atacantes deben saber que no estamos limitados a responder en el ciberespacio cuando somos atacados en el ciberespacio”, ha dicho en Londres (capital del Reino Unido) el secretario general de la OTAN, en una rueda de prensa conjunta con el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt.
Este último ha aseverado que, en el último año y medio, el Reino Unido ha compartido con 16 de sus aliados en el seno de la OTAN y otras naciones ajenas a la Alianza detalles de supuestas actividades cibernéticas ilícitas llevadas a cabo por Rusia en los territorios de esos países.
Para que la disuasión tenga pleno efecto, los posibles atacantes deben saber que no estamos limitados a responder en el ciberespacio cuando somos atacados en el ciberespacio”, ha dicho en Londres (capital del Reino Unido) el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una rueda de prensa conjunta con el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt.
Hunt ha acusado así a los servicios de inteligencia rusos de organizar una “campaña mundial” contra infraestructuras claves. “Esta campaña mundial busca también poner en peligro las redes de los Gobiernos centrales”, ha aseverado.
“Tenemos opciones para responder a cualquier ataque. Deberíamos estar preparados para usarlos”, ha añadido el ministro británico, que ha llamado a sus socios a cooperar contra Moscú.
Las relaciones entre Londres y Moscú vuelven así a tensarse, tras meses de aparente calma relativa respecto a la grave y larga crisis creada por el envenenamiento del exespía doble ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury (suroeste del Reino Unido), del que los británicos acusan al Kremlin. El ataque llevó los lazos bilaterales al punto más bajo en décadas.
El Gobierno ruso ha rechazado en numerosas ocasiones todas las acusaciones sobre el incidente de Salisbury, insistiendo en que Londres no ha presentado ninguna prueba creíble de que Rusia estuviera implicada.
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