Helyeh Doutaghi, subdirectora del Proyecto de Derecho y Economía Política (LPE) en la Universidad de Yale, denunció públicamente el miércoles que su suspensión fue una represalia por su postura propalestina y una violación de sus derechos constitucionales a la libertad de expresión y la libertad académica.
“La inteligencia artificial se está utilizando como arma para atacar a estudiantes, profesores y activistas que se atreven a denunciar el genocidio, la hambruna sistémica y la limpieza étnica de los palestinos”, advirtió, subrayando las implicaciones del mal uso de esta tecnología en el discurso académico y público.
Doutaghi, experta en derecho internacional y exinvestigadora asociada en la Facultad de Derecho de Yale, fue informada sobre un artículo publicado el 3 de marzo por la plataforma sionista de derecha Jewish Onliner, impulsada por inteligencia artificial, que la etiquetó falsamente como “terrorista”.
Doutaghi, quien ha hablado abiertamente sobre las implicaciones de las operaciones militares estadounidenses, el imperialismo y el genocidio sionista estadounidense, así como la actual crisis humanitaria en Palestina, informó que las acusaciones del artículo han dado lugar a acoso en línea e incluso amenazas de muerte en su contra.
Criticó a la administración por llevar a cabo un interrogatorio basado en acusaciones generadas por inteligencia artificial, sin el debido proceso y sin brindarle tiempo suficiente para asistir al mismo.
En este contexto, Doutaghi expresó su preocupación por la elección del abogado de Yale para su interrogatorio, David Ring, de la firma Wiggin and Dana, cuyo perfil público indica un enfoque en servicios relacionados con Israel, cuestionando así su neutralidad en un caso que involucra a un académico pro-palestino.
“Las acciones de YLS constituyen un flagrante acto de represalia contra la solidaridad palestina”, afirmó Doutaghi, quien sostuvo que la administración priorizó la aprobación de sus donantes sionistas por encima de una investigación justa.
En otros comentarios, señaló que los administradores de activos de Yale incluyen empresas vinculadas a General Dynamics y Lockheed Martin, que producen componentes para los aviones de combate F-35 utilizados por Israel en sus acciones, lo que, según ella, crea un conflicto de intereses que socava la integridad académica.
“Esta represión es una peligrosa escalada de la represión estatal, que fomenta un clima de miedo en el campus”, declaró Doutaghi. “Estamos presenciando una nueva era de macartismo sionista, donde la disidencia se enfrenta con violencia y la solidaridad con Palestina se convierte en un delito punible”, añadió.
En referencia a la suspensión de Doutaghi, su abogado Eric Lee escribió en las redes sociales que Yale se está arrodillando ante los esfuerzos de Trump por suprimir la libertad de expresión, aplastar la libertad académica y establecer una dictadura.
Mientras tanto, se informa que el Departamento de Estado de Estados Unidos está considerando el uso de inteligencia artificial para revocar potencialmente visas a estudiantes internacionales acusados de apoyar a HAMAS, lo que genera más preocupaciones sobre las consecuencias de esta tecnología en las libertades civiles.
Durante el año académico anterior, las universidades y colegios estadounidenses se convirtieron en un foco de protestas estudiantiles a favor de Palestina, lo que desencadenó una importante ola de manifestaciones en universidades de todo el mundo, donde cientos de estudiantes exigieron a sus universidades desinvertir en empresas vinculadas con el régimen israelí.
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