El fuego estalló tras días de significativos avances, desde que se desatara una primera ola de incendios devastadores, que causó la muerte de al menos 28 personas. El fenómeno ha afectado las comunidades de Castaic y Santa Clarita, al norte del condado de Los Ángeles.
Bautizado como Hughes, el incendio ha avanzado con furia desde que se notificó, sobre las 11:00 de la mañana del miércoles, hora local. En pocas horas, la intensidad del fuego ha forzado la evacuación obligatoria de unas 31 000 personas, reportan varias fuentes.
Un portavoz del Departamento de Bomberos ha asegurado que las llamas consumen unas 14 hectáreas por minuto, impulsadas por los vientos de Santa Ana, que tienen su origen en el interior de California y viajan entre las cadenas montañosas del Estado.
Las autoridades han asegurado en una conferencia de prensa que la fuerza del viento disminuirá a lo largo de la tarde. “No nos preocupa demasiado”, ha asegurado uno de los portavoces de la fuerza estatal de bomberos que combate este tipo de incendios.
La causa principal de la voraz extensión de estos fuegos, que afectan desde hace semanas a California, Estados Unidos, son los llamados vientos de Santa Ana, unas corrientes de aire recalentado que soplan desde el interior del continente hacia la costa de California contribuyendo a expandir el fuego sin control.
El siniestro, que redujo comunidades enteras de Los Ángeles a cenizas desde el pasado 7 de enero, ha provocado víctimas fatales, destrucción de infraestructuras y un severo daño ambiental.
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