El jefe de campaña del magnate republicano, Bill Stepien, ha denunciado este miércoles, en un comunicado, que no se permite el acceso a numerosos lugares de recuento para observar la apertura de las papeletas y el proceso de conteo.
En este sentido, ha exigido la revisión de las papeletas que fueron abiertas y contadas en los lugares que la campaña de Trump no ha tenido un acceso significativo.
“Hemos presentado hoy una demanda en el Tribunal de Reclamaciones de Míchigan para detener el recuento hasta que se conceda un acceso significativo”, ha informado.
Stepien ha recalcado que a la campaña de Trump se le ha negado su derecho, según garantiza la ley de Míchigan, uno de los estados clave que, junto a Wisconsin y Pensilvania, ayudó a otorgarle el triunfo al mandatario en las elecciones de 2016. Este estado tiene 16 votos electorales y ya ha sido contado el 92 % de los sufragios.
Los últimos recuentos dan una pequeña ventaja al candidato demócrata, Joe Biden, en este estado; sin embargo, el margen es demasiado estrecho como para declarar un ganador.
La campaña de Trump también ha pedido el escrutinio de los votos en Wisconsin, otro estado donde mantiene una rivalidad muy estrecha con Biden.
Los mencionados estados clave han avisado de que necesitarán más horas e incluso días para contar todos los votos, debido, en parte, al aumento del volumen de los sufragios por correo a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Conforme a los últimos resultados electorales, Biden ha logrado el apoyo de 248 compromisarios electorales a su candidatura para presidir EE.UU. en los próximos cuatro años, frente al republicano Trump, con 214. Se necesita un total de 270 votos electorales para llegar a la Casa Blanca.
Horas antes, Trump había denunciado “el robo de las elecciones”, por lo que recurrirá a la Corte Suprema para que se detenga toda la votación.
De inmediato, Biden, a través de un mensaje en Twitter, ha dicho que los demócratas “no descansaremos hasta que el voto de todos sea contado”.
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