Millones de cristianos alrededor del mundo celebran la Navidad. Según las tradiciones de aquella religión, es el aniversario del nacimiento de Jesús. Los símbolos festivos y obsceno consumerismo, sin embargo, están manchados de sangre; la sangre de Jesús, el Palestino.
Este es un acto navideño con Joe Biden y su esposa. Pareciera una escena fabricada, irreal. Y es que Joe Biden es el arquitecto financiero del genocidio de cristianos y musulmanes en Palestina. Allí, no hay celebraciones, solo horror, dicen activistas.
Para algunos niños del mundo, la Navidad significa regalos, familia, alegría, estabilidad y seguridad. Sin embargo, este año, para los niños palestinos en Gaza y los territorios ocupados, el significado de estas fiestas de fin de año, más bien tiene una connotación macabra de muerte, mutilaciones, terrorismo y violencia.
Así es que detrás del simbolismo de la Navidad, antes de salir de la Casa Blanca, Joe Biden autorizó -mediante el empleo de ambigüedades legales- un último paquete financiero militar destinado a la entidad sionista. Más de 22 000 Millones de dólares, en datos conservadores entre 2023 y 2024.
Marcelo Ali Sánchez, Washington
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