El crayón, un trozo de ocre de tan sólo 2,2 centímetros de largo y 0,7 cm de grosor, se ha descubierto en una hondonada hoy cubierta de turba situada cerca de la localidad de Scarborough que fue un lago en el Mesolítico (en Europa, entre 12.000 y 4000 a.C.). Muy cerca de allí, precisamente, hay uno de los principales yacimientos europeos de ese período, Star Carr.
En lo que se piensa que fue el extremo opuesto del lago se ha hallado además un guijarro, también de ocre, que presenta en su reducida superficie gran número de muescas, lo que hace pensar a los científicos que se usó, frotándolo, para extraer pigmento rojo en forma de polvo.
Los objetos han sido descubiertos por arqueólogos de la Universidad de York que los han estudiado en colaboración con el Departamento de Física para determinar su composición utilizando las técnicas más avanzadas, según la BBC.
El director de la investigación, el doctor Andy Needham, ha indicado a la cadena paraestatal británica que es posible que el crayón y el guijarro tuviesen un uso artístico, ya fuera sobre pieles animales o sobre otros soportes decorativos. De acuerdo con sus explicaciones, “el color era una parte muy significativa de la vida de los cazadores recolectores” de la época.
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