El primer ministro surcoreano, Hwang Kyo Ahn, ha afirmado este miércoles que las fuerzas niponas podrían adentrarse en su país tras consultas con el Gobierno de Corea del Sur, en caso de situaciones inevitables.
Las declaraciones de Hwang se han producido en una sesión de interpelación, en respuesta a la pregunta de un parlamentario sobre la polémica modificación por Japón de sus leyes de seguridad nacional y sobre el aumento del poder de los militares nipones.
El premier ha enfatizado que la entrada del Ejército nipón debería llevarse a cabo dentro de ciertos límites, y ha hecho hincapié en que ningún militar extranjero puede penetrar en el territorio surcoreano sin el aval del Ejecutivo.
Los medios japoneses han considerado las afirmaciones presentadas por Hwang como un anuncio oficial de la Administración surcoreana y de su presidenta, Park Geun-Hye.
Se trata de la primera vez en que un responsable surcoreano habla de la posibilidad de un despliegue japonés en Corea del Sur, después de que se aprobara en septiembre el polémico paquete de leyes de seguridad de Japón que autorizan a las Fuerzas de Autodefensa del país, por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, a luchar junto a sus aliados extranjeros, especialmente junto a EE.UU., incluso aunque Japón no esté siendo atacado.
Corea del Sur se encuentra entre los países que han sufrido en el pasado el imperialismo nipón, por lo que han manifestado su recelo ante el giro en la postura antiguerra de Tokio.
En todo caso, el ministro de Defensa surcoreano, Han Min-koo, ha advertido de que su país también podría rechazar cualquier llamamiento de Washington a una intervención militar japonesa en la península coreana.
Las controvertidas leyes presentadas por el premier Shinzo Abe no solo han provocado rechazo internacional, sino que han suscitado protestas masivas dentro de Japón y han perjudicado a la popularidad del mismo Abe.
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