“Aunque EE.UU. y sus aliados intentan bloquear nuestra carrera espacial, nuestros científicos aeroespaciales conquistarán el espacio y sin duda plantarán la bandera de Corea del Norte en la Luna”, ha afirmado Hyon Kwang Il, director del Departamento de Investigación Científica de la Administración para el Desarrollo Aeroespacial Nacional de Corea del Norte.
Para alcanzar este objetivo, según el funcionario norcoreano, que habló con la agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP), Pyongyang está trabajando actualmente en un plan quinquenal ordenado por el líder norcoreano Kim Jong-un, con el fin de poner sus satélites más avanzados en órbita en 2020.
Aunque EE.UU. y sus aliados intentan bloquear nuestra carrera espacial, nuestros científicos aeroespaciales conquistarán el espacio y sin duda plantarán la bandera de Corea del Norte en la Luna”, recalcó Hyon Kwang Il, director del Departamento de Investigación Científica de la Administración para el Desarrollo Aeroespacial Nacional de Corea del Norte.
En la entrevista con AP, publicada este jueves, Hyon explica que el desarrollo de satélites geoestacionarios servirá para superar los problemas de comunicación de Pyongyang, siendo esos trabajos la base para el vuelo a la Luna, que, a su juicio, se realizará “en 10 años”.
El alto responsable de la agencia espacial informa de que las universidades del país están ampliando sus planes para formar científicos espaciales y deja claro que las sanciones internacionales no impedirán a Corea del Norte lanzar más satélites en 2020.
Para preguntar por la posibilidad de que Pyongyang llegue a la Luna en tales plazos, AP ha contactado con Jonathan McDowell, astrofísico de la Universidad de Harvard, quien respondió: “esto sería un avance significativo en tecnología, no es algo que no esté a su alcance, pero tienen que estudiar cada pedazo”.
Los programas espacial, de misiles y nuclear de Corea del Norte, así como los ensayos que lleva a cabo ocasionalmente, irritan a Washington, que responde impulsando duras sanciones.
Pyongyang enfatiza que sus pruebas no suponen una amenaza para los demás países, sino una reacción a la creciente presencia militar estadounidense en la península coreana y a las maniobras conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur en la región. Sin embargo, Pyongyang ha amenazado en reiteradas ocasiones con atacar al país norteamericano si continúa provocando tensiones en la zona.
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