Tras los triunfos internacionales de la selección nacional de fútbol y los millones de dólares en transacciones, se esconde la realidad de cientos de jugadores cesantes.
Aquí entrenan los futbolistas chilenos desempleados, patrocinados por su sindicato. Quieren mantenerse en forma para jugar por cualquier club que les pague alrededor de mil dólares, el salario promedio por estos días. Mil veces menos que el de su compatriota Alexis Sánchez en el Arsenal de Londres.
Forman parte de los cuatrocientos futbolistas cesantes que dejó la reestructuración del campeonato chileno, que ya no contempla rotaciones por ascensos y descensos en las ligas.
Cerradas. Así permanecerán las puertas de la mayoría de los estadios en todo Chile. ¿La razón? El paro de futbolistas profesionales que lograron suspender el inicio del torneo local.
Como en toda empresa, en el fútbol también son los trabajadores quienes pagan las crisis.
Leonel Retamal, Santiago.
akm/msf