El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró el martes que unas 500 mil mascarillas N95 de la compañía 3M, con sede en el estado estadounidense de Minnesota, que fueron parte de un lote de 4 millones ordenado por la provincia canadiense de Ontario, deberían llegar hasta el momento.
Funcionarios canadienses critican la postura del Gobierno estadounidense después de que la Casa Blanca firmara la semana pasada una orden para evitar que se exportan equipos médicos y también de protección personal.
“Hemos tenido conversaciones constructivas y productivas que han asegurado que este envío en particular llegue, pero reconocemos que aún hay más trabajo por hacer”, expresó Trudeau, respecto al lote de mascarillas ordenadas.
Asimismo, agregó que el Gobierno canadiense continuará abordando con la Administración estadounidense para saber cuáles suministros y servicios de atención médica van y vienen a través de las fronteras de estos dos países.
Trudeau, hace unos días, había advertido que ante el bloqueo de exportación de equipos médicos desde EE.UU., el Gobierno de Ottawa podría impedir que “miles” de profesionales sanitarios canadienses cruzasen, como todos los días, la frontera para trabajar en hospitales estadounidenses. “Hay miles de asistentes sanitarios en Windsor (ciudad canadiense fronteriza) que trabajan cada día en Detroit (EE.UU.). Y los estadounidenses dependen de ellos”, dijo al respecto.
Hasta el momento, el nuevo coronavirus (COVID-19) ha dejado unos 17 897 afectados y 381 muertos en Canadá, y por otro lado, EE.UU., con 400 412 casos y 12 854 muertos encabeza la lista de las naciones.
La pandemia del coronavirus, que amenaza a todo el mundo, ha llevado a algunos países a intentar acaparar los insumos contra esta enfermedad, y la crítica situación en EE.UU. respecto al virus mortal llega al extremo de que en este país está prohibido hablar de la escasez de equipos médicos, razón por la que ya varios hospitales han amenazado con despedir a su personal si hacen declaraciones acerca de la falta de material necesario para afrontar la pandemia del COVID-19.
Ante tal coyuntura, varios funcionarios estadounidenses le echan la culpa de tal situación al mandatario estadounidense, Donald Trump, quien minimizó la crisis desde el principio y, además, prefiere sus negocios por encima de la salud de su pueblo.
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