El Gobierno de Temer, que asumió de forma interina mientras la presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a un juicio político (impeachment), estimó que el año 2016 cerrará con un déficit fiscal de 163.942 millones de reales (unos 46.800 millones de dólares). Contando todo el sector público, el déficit llegaría a 170.500 millones de reales (47.749 millones de dólares).
“Es una cifra justa, es una cifra buena para el país”, dijo el diputado Dagoberto Nogueira, relator del proyecto de reforma al presupuesto.
Es una cifra justa, es una cifra buena para el país”, afirmó el diputado brasileño Dagoberto Nogueira.
Aprobar esta meta era crucial para el Gobierno de Temer, que asumió después que Rousseff fue suspendida de sus funciones para ser sometida a un juicio político que puede acabar con su destitución.
En este sentido, en el marco de una reunión con sus ministros y un nutrido grupo de congresistas, Temer presentó el martes en el Congreso el plan de medidas económicas de su Gobierno afirmando que Dios le ha confiado la misión de “salvar a Brasil”.
Confira a íntegra do discurso do presidente interino @MichelTemer em apresentação de medidas econômicas https://t.co/pTw0qFWvPQ
— Palácio do Planalto (@blogplanalto) May 24, 2016
Sin embargo, la Central Única de los Trabajadores de Brasil (CUT) criticó el mismo martes las referidas medidas económicas calificándolas de perversas ya que representan un asalto a las conquistas sociales obtenidas por la clase trabajadora del Brasil.
Las propuestas de Temer, reza el texto, claramente muestran que los golpistas están llevando a cabo planes que los empresarios pidieron como condición con la intención de financiar el golpe contra Rousseff y el presidente interino, continúa, tiene como objetivo aplicar políticas neoliberales.
Por lo tanto, la citada entidad convocó una manifestación e hizo un "llamado a la sociedad y principalmente a los trabajadores del campo y la ciudad, a salir a las calles a protestar contra ese estelionato golpista".
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