el titular norteamericano recordó el sábado que la retirada de las tropas estadounidenses podría hacerse más lentamente de lo previsto.
“El corazón” de la misión militar de Estados Unidos en el territorio afgano es, actualmente, entrenar y asesorar a las fuerzas de seguridad de este país, ha declarado Carter.
Durante su visita, se ha reunido con los oficiales y soldados norteamericanos estacionados allí con quienes ha conversado sobre los planes para cerrar esa inmensa base.
El jefe del Pentágono les ha recordado a un centenar de militares estadounidenses que sus tareas como asesores del Ejército afgano son claves para la seguridad del país asiático.
“Queremos que sean permanentes y duraderos”, ha dicho Carter a los soldados estadounidenses, haciendo hincapié en que ahora los uniformados afganos son bastante fuertes y “tienen posibilidades” de imponerse a los talibanes duraderamente.
Kandahar sigue siendo cuna de Talibán pese a la instalación de la mencionada base y masivo despliegue de las fuerzas extranjeras, lideradas por EE.UU., y el viaje de Carter a este lugar coincide con la ofensiva del Ejército afgano contra los talibanes en la provincia vecina de Helmand.
Para su primer viaje como secretario de Defensa de EE.UU., Carter eligió a Afganistán con el objetivo de planificar la permanencia en este país de 10.000 soldados, quienes, según Washington, deben ser retirados para finales de 2016, es decir antes del fin del mandato del presidente Barack Obama.
De cualquier manera, durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente afgano, Ashraf Qani, en la ciudad capitalina de Kabul, el titular norteamericano recordó el sábado que la retirada de las tropas estadounidenses podría hacerse más lentamente de lo previsto.
La actual fuerza militar presente en el país asiático ronda la cifra de unos 10.000 efectivos, cantidad que, conforme al calendario anterior, debería reducirse hasta 5000 a finales de 2015, ya que la retirada total estaba prevista para finales de 2016; este calendario podría cambiar ahora bajo el pretexto de que una retirada rápida podría poner en peligro los avances realizados en el terreno.
Fue en 2001 cuando la Alianza Atlántica, comandada por Estados Unidos, invadió el país asiático so pretexto de luchar contra el terrorismo. Sin embargo, la inseguridad es cada vez mayor y los civiles y militares afganos muertos se cuentan por miles.
zss/ktg/hnb