La Comisión Conjunta celebrada entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) en Viena (capital de Austria) dio su visto bueno a que Teherán limpiara los sedimentos de las instalaciones nucleares de Natanz (centro del país), lo cual significa que el país persa podrá enriquecer más materiales, afirmó el martes Abas Araqchi, principal negociador iraní en las conversaciones.
De igual modo, detalló que los sedimentos que se extraerán de las tuberías no se incluirán en los 300 kilogramos de material enriquecido que Irán puede reservar tal y como implica el acuerdo firmado en 2015 con el Sexteto, conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en inglés).
Así, Araqchi descartó la noticia publicada en la misma jornada del martes por el diario estadounidense The Wall Street Journal la cual alegó que Irán reducirá sus reservas de uranio muy por debajo de 300 kilogramos acordado en Ginebra (ciudad suiza).
De acuerdo con dicho rotativo, la mencionada decisión se toma en momentos que el nuevo presidente estadounidense Donald Trump —quien se ha presentado en contra del JCPOA— está por asumir las riendas de la Casa Blanca, el próximo 20 de enero.
No obstante, el alto titular iraní rechazó dicho informe, para luego asegurar que la Comisión Conjunta Irán-G5+1 aceptó la resolución sobre limpieza de sedimentos, la cual es fruto de meses de negociaciones entre los expertos de la Organización de Energía Atómica de Irán (OEAI).
El presidente iraní, Hasan Rohani, ordenó en diciembre pasado al jefe de la OEAI, Ali Akbar Salehi, el diseño y la producción de “un propulsor nuclear para su uso en el transporte marítimo” y estudios sobre “el combustible nuclear” requerido por este, en un plazo de tres meses. Tal medida fue tomada en respuesta al incumplimiento del acuerdo por EE.UU., país que aprobó la renovación de nuevas sanciones antiraníes.
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