“Ningún político británico en un puesto relevante será tomado en serio si muestra parcialidad de cualquier tipo” en relación con los dos movimientos de Resistencia Islámica frente a la ocupación israelí, dijo el presidente de la autoproclamada Junta de Representantes.
Ningún político británico en un puesto relevante será tomado en serio si muestra parcialidad de cualquier tipo” en relación con HAMAS y Hezbolá, dijo ayer viernes Jonathan Arkush, presidente de la Junta de Representantes de los Judíos Británicos
Jeremy Corbyn encabeza con gran diferencia todas las encuestas para convertirse en próximo líder del Partido Laborista (PL), tras la debacle de las elecciones de mayo, y sus posturas en materia económica y de relaciones exteriores han hecho cundir el pánico en el sector dominante del partido.
El veterano diputado, implicado desde hace décadas en el movimiento propalestino, defiende la necesidad de que Londres establezca relaciones tanto con el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), como con el principal movimiento de Resistencia libanés, Hezbolá.
Estas posturas le han valido semanas de una campaña de difamación constante en la gran mayoría de medios de prensa británicos. La presión ha obligado ya al laborista a tomar distancias del militante antisionista Paul Eisen, cuya puesta en cuestión del supuesto “Holocausto” es un tabú absoluto para la clase dominante europea.
La comunidad judía tiene algunas inquietudes muy profundas sobre los vínculos que se dice que mantiene con un negador del Holocausto y antisemita, dijo Arkush.
“La comunidad judía tiene algunas inquietudes muy profundas sobre los vínculos que se dice que mantiene con un negador del Holocausto y antisemita”, dice Arkush aludiendo a Eisen, pese a que éste es judío y dirige una asociación, Deir Yasin en la Memoria, consagrada a la defensa del pueblo palestino, categorizado como “semita”.
En declaraciones al diario The Telegraph publicadas ayer viernes, Arkush define la posición de Corbyn sobre el régimen israelí como “muy hostil”, y se muestra aún más preocupado por su postura respecto a HAMAS y Hezbolá que sobre sus convicciones sobre el Holocausto.
La prensa británica recrimina a Corbyn haber calificado a HAMAS y a Hezbolá de “amigos” en 2009, al invitar a representantes suyos a participar en una conferencia organizada en Londres por la Campaña de Solidaridad con Palestina, que apadrina personalmente.
(Debe) dar respuestas claras y directas a preguntas directas, rechazando cualquier clase de apoyo o vínculos con antisemitas, racistas, organismos terroristas, gente de la que yo esperaría que cualquier político británico serio se mantenga a una gran distancia, exigió el presidente de la Junta de Representantes de los Judíos Británicos.
Pero para resultar aceptable como actor político, dice el presidente de la “Junta de Representantes”, Corbyn debe “dar respuestas claras y directas a preguntas directas, rechazando cualquier clase de apoyo o vínculos con antisemitas, racistas, organismos terroristas, gente de la que yo esperaría que cualquier político británico serio se mantenga a una gran distancia”.
Además de esta exigencia, para que Corbyn finalmente se alce con el liderazgo laborista el 12 de septiembre, dice Arkush, exigirá una reunión urgente con él para interrogarlo sobre su postura hacia el régimen de Tel Aviv.
Lejos de amilanarse, hasta ahora, ante la presión política sobre la cuestión palestina, el diputado laborista ha anunciado su participación en una protesta antisraelí el próximo 6 septiembre, pocos días antes de decidirse el liderazgo del PL.
Algunos analistas políticos estiman que, aunque las encuestas ponen a Corbyn muy por delante de sus rivales, el modo de elección hace muy probable que quede en segunda posición, si los demás candidatos llaman a votar “a cualquiera menos Corbyn”, como reclamó hace dos semanas el antiguo director de comunicaciones de los laboristas Alastair Campbell.
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