Historias de la Revolución: Don Quijote
La movilización del pueblo en el frío invierno de 1979 fue increíble. El régimen Pahlavi tenía los días contados y sus partidarios ya habían perdido la esperanza.
Periodistas extranjeros informaron al mundo de la masiva participación en las marchas. Los revolucionarios contaban los días que faltaban para el regreso de su Líder al país. Todo el país, salvo una parte del Ejército, estaba en huelga nacional. La gente pasó horas en las calles y en movilizaciones. Mohammad Reza Pahlavi, desesperado, nombró tres primeros ministros en pocos meses.
El último gabinete fue más inepto que los demás. La última esperanza del Shah era nombrar a una de las figuras que le criticaban ligeramente. Se trataba, por supuesto, de una propuesta de los estadounidenses, que creían que un primer ministro de la oposición, en el que confiara el pueblo, podría al menos preservar la corona de la dinastía Pahlavi. El Shah optó por nombrar a un primer ministro de entre los miembros del Frente Nacional, a los que había criticado duramente a lo largo de muchos años.
kmd/tqi