Detrás de la Razón: ¿Trump pretende construir el apocalíptico Tercer Templo de Salomón en tierra palestina?
Millones han nacido en el lugar de la guerra, del despojo, del robo, y por más que han querido, ha sido difícil de librarse de la historia de la injusticia.
Padres, hijos, nietos, son empujados a la pobreza, al abandono, al abuso, al despojo de sus tierras, a la opresión constante, al hambre constante, a la bala constante, a la humillación perene. Otros que no nacieron ahí, tuvieron la suerte de ir a lujosas escuelas, a universidades de prestigio, a jugar en campos de fútbol con césped impecable, a comer bien, y a vestirse de traje y con coche fino, para: ¿ayudar a otros con menos suerte?
No, sino para destruirles aún más la vida a esos otros que nacieron en la miseria. ¿No es esto bestial? ¿Inhumano? Depredadores bien vestidos en Washington, autoridades israelíes y cómplices festejan que les quitarán la ayuda a los palestinos.
200 millones de dólares de los que dependía mucha gente que ya de por sí vive en una precaria situación. Más aparte, la humillación y la alevosía de desconocer el status de refugiado a millones de palestinos, millones como esos que les describí, que fueron descendencia de la tragedia, que sus padres fueron despojados de sus hogares, que no supieron que era vivir en paz más que en una tienda de campaña, en un lugar sin patria.
Eso es lo que acaba de anunciar el presidente Donald Trump a través de su equipo de insensibilidad humana, que alega que es, además, por el bien de los palestinos, para alcanzar la paz, porque su jefe, Trump, ha dicho que al reconocer a Al-Quds (Jerusalén) como capital de Israel, el régimen de Tel Aviv “pagará caro” ese favor, y que los palestinos “obtendrán algo muy bueno” a cambio.
Bueno, quizá lo bueno para él es la muerte, porque tras el anuncio de la mentada embajada han muerto más de 150 palestinos y la suma de heridos ha sobrepasado los 17 000. Así que quitarles 200 millones de dólares y no reconocerlos como refugiados a los que por deber, por justicia, por ley universal, por derecho internacional, les corresponde ser, será otra movida de ese juego que les divierte desde la Casa Blanca.
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, seis y Madrid, siete de la tarde; México, doce del día, y Colombia, una de la tarde.
Por Roberto de la Madrid
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