La guerra contra Yemen, amén de dejar muertos y destrucción, ha privado a los yemeníes de celebrar sus rituales religiosos y así amargando más su vida. Este martes, los musulmanes celebran Eid al-Adha, (la gran fiesta musulmana del Sacrificio). Para los yemeníes es muy difícil hacer compras debido a la deteriorada situación económica que ha provocado la agresión militar saudí.
El bloqueo saudí ha restringido durante más de tres años las exportaciones e importaciones en Yemen. A eso se suma el cese de las inversiones en el país, especialmente en los proyectos de petróleo y gas, cuyos ingresos solían contribuir con más del 70 por ciento del presupuesto estatal. Eso está llevando la economía yemení al borde del colapso. Los yemeníes se quejan de que el negocio no va tan bien como antes.
En Yemen, dos tercios de la población, casi 21 millones, necesitan asistencia y más de la mitad carece de acceso a agua potable y servicios de salud. Basándose en estos datos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera que Yemen vive la mayor crisis humanitaria mientras la campaña militar contra este país se ha prolongado sin que se vislumbre un final cercano.
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