“Tras la farsa del 20 de mayo, el combate debe demostrar verdadera firmeza política. Ha llegado el momento de volver a accionar juntos y es urgente”, anotó Capriles en una carta publicada en su cuenta de Twitter dirigida al pueblo venezolano y en la que desconoce la victoria de Maduro.
Capriles, actualmente inhabilitado para ejercer cargos públicos por una investigación administrativa, muestra con estas palabras su rechazo a la reelección de Maduro, quien obtuvo 6 190 612 votos (68 %) en las elecciones presidenciales del domingo, mientras que su más cercano contendiente, el opositor, Henri Falcón, consiguió solo 1 917 036 respaldos.
A su juicio, los sectores de la oposición venezolana deben hacer una lectura constructiva de la alta abstención que se registró durante la jornada electoral y dar una respuesta contundente acorde a unos resultados que han dejado patente la enorme decepción entre las sociedad venezolana.
Tras la farsa del 20 de mayo, el combate debe demostrar verdadera firmeza política. Ha llegado el momento de volver a accionar juntos y es urgente”, escribe el dirigente opositor Henrique Capriles para pedir la unión de todas las fuerzas opositoras con el fin de hacer frente al reelegido presidente venezolano Nicolás Maduro.
Dicho esto, el que fuera también candidato a la presidencia de Venezuela en dos oportunidades (2012 y 2013) advirtió de que si los opositores no son capacees de sacar rédito de estos resultados electorales, este desaprovechamiento abocará a que los descontentos abstencionistas den la espalda a toda clase política del país.
De ahí que propusiera a la oposición construir un “plan de gobernabilidad democrática” para “que, de manera definitiva” se “le haga sentir al oficialismo que debe prepararse para abandonar el poder”.
El proceso electoral de Venezuela estuvo marcado por una baja participación (54 %), después del boicot de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que, de hecho, considera estas elecciones fraudulentas.
Pese a que a la MUD había anunciado que no se presentaría a las presidenciales, el partido Avanzada Progresista (AP), liderado por Falcón, decidió participar, creando una fractura en el seno de las formaciones opositoras.
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