La venganza por la sangre de Ismail Haniya es innegable, así enfatizan los iraníes presentes en una ceremonia de recitación del Corán celebrada por el líder mártir del movimiento de resistencia palestina, HAMAS, en un atentado terrorista perpetrado la madrugada del pasado miércoles en Teherán, la capital iraní, tras haber asistido a la ceremonia de investidura del presidente de Irán.
Llevando las fotos de Haniya y bandera de Palestina, los iraníes condenaron la dualidad del occidente ante el magnicidio de palestinos.
Los participantes en esta ceremonia subrayaron que la unidad entre los pueblos de la región y aquellos que apoyan a la causa palestina, en diversas partes del mundo, podría llevar al régimen isaelí hacia la decadencia y aniquilación.
En las semanas previas, los esfuerzos diplomáticos de Haniya para lograr un alto el fuego y un intercambio de prisioneros, habían ganado impulso. La determinación de Haniya, conocido por su pragmatismo entre los líderes palestinos, mantenía vivas las esperanzas de avanzar en las negociaciones de paz.
El mártir Ismail Haniya, no solo era una personalidad importante para el eje de la resistencia, sino que también era conocido en Irán como un combatiente y político destacado para la causa palestina, siendo la venganza hacia los israelíes la principal demanda del pueblo iraní.
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