El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, se ha reunido este martes en Doha, la capital de Catar, con el emir catarí, el sheij Tamim bin Hamad Al Thani, en la que intercambiaron opiniones sobre las formas de poner fin a la guerra genocida israelí contra los palestinos en la Franja de Gaza.
En el encuentro, el máximo diplomático iraní, al destacar el poder de la Resistencia palestina y su lucha contra el ejército israelí, ha advertido sobre las “consecuencias impredecibles” de las atrocidades israelíes apoyadas por Estados Unidos y algunos gobiernos europeos.
“Los grupos de Resistencia no permanecerán en silencio ante todos estos crímenes (…), y no esperarán el consejo de nadie, por lo que es necesario aprovechar las últimas oportunidades políticas para detener la guerra. Si la situación se sale de control, ninguna de las partes estará en salvo las consecuencias”, ha subrayado, al respecto.
Por su parte, Al Thani ha dicho que todas las naciones consideran inaceptables e intolerables los crímenes del régimen de Tel Aviv contra los gazatíes, señalando que las protestas mundiales contra Israel muestran el disgusto global por las atrocidades del régimen.
Enfatizando que Doha continuará sus esfuerzos para poner fin a los actuales ataques israelíes contra Gaza y detener la guerra, el emir catarí ha descrito como muy importantes sus recientes conversaciones con el presidente iraní, Ebrahim Raisi, sobre los acontecimientos en Palestina.
Al frente de una delegación política, Amir Abdolahian viajó a Doha como parte de los esfuerzos diplomáticos del país persa para poner fin a los actuales ataques israelíes contra Gaza. Este es el segundo viaje del máximo diplomático iraní a Catar desde la renovada de agresión israelí contra la Franja de Gaza, el 7 de octubre.
Los bombardeos y ataques del régimen israelí contra Gaza han causado la muerte de más de 8400 personas, entre ellas, 3600 niños, conforme a los datos proporcionados del Ministerio palestino de Salud. El régimen también ha cortado el combustible, la electricidad, los alimentos y el agua a más de dos millones de palestinos que viven en el territorio costero.
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