Gritando eslóganes para incitar al desorden público, los alborotadores prendieron fuego en las calles de Yavanurd, derrumbaron mobiliario urbano, quemaron casas residenciales y, haciendo caso omiso a los avisos de las fuerzas de seguridad, provocaron inseguridad en la zona y generaron enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales, según se desprende de la grabación.
Los funcionarios locales informaron que edificios estatales y oficinas de servicio público también resultaron dañados. En un último intento, los agitadores atacaron una casa y obligaron a las personas que vivían en ella a gritar lemas en contra del sistema gobernante.
Las autoridades han prometido que las acciones de los saboteadores en Yavanrud no quedarán sin respuesta y los vándalos definitivamente serán capturados y castigados.
Pese a las advertencias de Teherán, los grupos terroristas han continuado sus actos hostiles, incluidos dirigir los disturbios y cometer actos terroristas en las provincias de Azerbaiyán Occidental, Kurdistán y Kermanshah.
Las autoridades iraníes ven las huellas de Estados Unidos, Israel y varios Estados europeos en los recientes disturbios en el país persa y advierten de que actuarán con firmeza ante los que intenten cruzar su línea roja, es decir, la seguridad y protección de la vida y la propiedad de las personas en Irán.
En este sentido, el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán ha lanzado desde el 28 de septiembre una serie de ataques precisados contra bases, centros de entrenamiento y cuarteles de los terroristas contrarrevolucionarios anidados en el Kurdistán de Irak, que buscan socavar la seguridad del país persa y fomentar disturbios enviando fuerzas y armas al territorio iraní.
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