El miércoles, el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció sanciones contra el hierro, el acero, el aluminio y el cobre de la República Islámica de Irán con el fin de “limitar los ingresos del país persa en diversos sectores”.
“Estas sanciones, como otros embargos unilaterales de EE.UU., están en contra de los principios y las normas internacionales”, ha denunciado este jueves el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Musavi.
Además, ha proseguido Musavi, estas restricciones constituyen una violación de los compromisos internacionales derivados de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), del Acuerdo de Argel —firmado en 1981 entre Teherán y Washington— y el Acuerdo de Amistad (1955), así como la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Por tal situación, el vocero de la Cancillería persa ha insistido en que tales violaciones le imponen a EE.UU. algunos cargos internacionales, y ha aseverado que Washington será responsable de las pérdidas causadas en el país persa.
Estas sanciones, como otros embargos unilaterales de EE.UU., están en contra de los principios y las normas internacionales”, denuncia el portavoz de la Cancillería de Irán, Seyed Abás Musavi, en reacción a nuevos embargos de Washington contra el hierro, el acero, el aluminio y el cobre del país persa.
La orden ejecutiva de Trump se produjo en el primer aniversario de la retirada unilateral de Washington del acuerdo nuclear sellado en 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 —entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania—.
Tras su retirada del acuerdo nuclear, medida rechazada por otros firmantes del pacto, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), EE.UU. restauró todos los embargos que se habían levantado en virtud del mismo.
Debido a esta situación, el presidente iraní, Hasan Rohani, informó el miércoles de que la República Islámica va a dejar de cumplir dos de los puntos del referido pacto: no exportará su uranio de bajo enriquecimiento (LEU, por sus siglas en inglés) ni su agua pesada durante 60 días, plazo en el cual ha invitado a sus socios europeos a dialogar.
Si en los próximos 60 días, los firmantes europeos del acuerdo nuclear no adoptan las medidas pertinentes para cumplir con sus compromisos y proveer los intereses de los iraníes, Teherán dejará de estar comprometido a mantener el nivel de su enriquecimiento de uranio al 3,67 %, según recalcan las autoridades iraníes.
La vigencia del PIAC es necesaria para la seguridad de los países europeos, por el papel clave de Irán en la lucha antiterrorista, por más de los 5 millones de migrantes a los que alberga en su territorio y por su labor para obstaculizar el tráfico de estupefacientes hacia Europa, indicó el presidente iraní.
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