Publicada: lunes, 21 de enero de 2019 15:24

La guerra entre Irak e Irán estalló poco después de que la Revolución Islámica de 1979 estaba haciendo la transición del país persa de una dictadura a una república.

La guerra comenzó el 22 de septiembre de 1980 y terminó ocho años después, el 20 de agosto de 1988, cuando Irán aceptó la Resolución 598 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). Esta fue la guerra más larga del siglo XX y en la que el agresor no pudo alcanzar ninguno de sus objetivos.

Se cree que se perdieron más de 500 000 vidas y que muchos más fueron desplazados durante el conflicto; y ambas economías fueron destrozadas. Irán se quedó solo mientras la comunidad internacional permanecía en silencio y casi todos los Estados árabes, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y la URSS apoyaron a Saddam Husein.

Incluso el uso generalizado de armas químicas por parte de los iraquíes y el asesinato de civiles y combatientes no provocó ninguna reacción en otros países. Ellos se pusieron de pie y observaron en silencio mientras el régimen de Baas atacaba ciudades y pueblos en Irán, apuntando a vidas de civiles, centrales eléctricas, hospitales, escuelas y etc.

Irán aun no pudo demostrar que no fue el delincuente en el conflicto.

Los iraquíes no respetaron el alto el fuego y permanecieron en territorios iraníes y por lo tanto Irán se negó a liberar a 90 000 prisioneros de guerra iraquíes hasta que todo el territorio iraní fuera devuelto a las autoridades iraníes.

Los baasistas continuaron su ofensiva contra Irán mediante ataques químicos y otros medios, incluido el despliegue del grupo MKO en los campos de batalla.

Finalmente, después de 12 largos años desde que comenzó la guerra en Irán y 16 meses después del ataque de Irak a Kuwait, el Consejo de Seguridad de la ONU reconoció a Irak como el estado ofensivo en 1991.

Se estima que la compensación ronda un billón 100 mil millones de dólares, una suma que nunca ha sido pagada por Irak.

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