El ministerio israelí de asuntos militares ha reconocido la muerte de 890 soldados, policías, personal de seguridad del régimen de Israel desde el inicio de la operación ‘Tormenta de Al-Aqsa’, llevada a cabo el pasado octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).
Esto se produce en medio de fuertes restricciones a los medios de comunicación y censura que impone Israel para ocultar las pérdidas que ha registrado en sus filas.
Según los datos publicados, unos 835 eran soldados varones y 55 mujeres. También, entre ellos, fueron eliminados seis comandantes de brigada con rango de coronel, tres de los cuales murieron en los combates del 7 de octubre. Además, 240 reservistas murieron en diversos sectores, junto con 217 soldados.
El recuento excluye la eliminación de al menos 10 soldados israelíes abatidos en la frontera libanesa el jueves.
Este viernes, el portavoz del ejército sionista, Daniel Hagari, ha confirmado que dos oficiales y tres soldados israelíes murieron durante una batalla en el sur de El Líbano. Igualmente, ha asegurado que dos de estos soldados tenían el rango de oficiales y murieron en un conflicto con los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) en el sur del país árabe.
De igual manera, Hagari ha añadido que otros cinco soldados israelíes resultaron gravemente heridos en incidentes separados hoy y anoche en el sur del Líbano.
En este contexto, HAMAS ha dicho en reiteradas ocasiones que el número de bajas y heridos israelíes es mucho más de lo que declaran las autoridades del régimen sionista.
Además, los rotativos Yedioth Ahronoth y Haaretz han admitido que las cifras superan, en realidad, las que anuncian las tribunas del régimen y casi 5000 militares ya se encuentran ingresados en los centros médicos de las tierras ocupadas palestinas.
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