El Ministerio de Salud de Palestina informó el viernes de la muerte de un adolescente palestino, identificado como Ali Ayman Nasr Abu Aliya, de 13 años, durante una protesta en Cisjordania, tras sucumbir a las heridas que sufrió como consecuencia de balas reales recibidas por el ejército israelí a la altura del estómago.
El mismo viernes un colono israelí intentó incendiar la Iglesia de Getsemaní en Al-Quds (Jerusalén), hecho en el que partes de asientos de la iglesia fueron quemados. Palestina, a su vez, condenó este intento, describiéndolo como un ataque terrorista odioso.
“El martirio del niño palestino a manos de las milicias sionistas y el crimen de incendiar una iglesia en Al-Quds atestiguan el fracaso de la normalización de las relaciones entre los regímenes árabes y el régimen sionista y la desesperación por ello”, afirmó al respecto el movimiento palestino Yihad Islámica mediante un comunicado emitido en la misma jornada.
El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) condenó, por su parte, en un comunicado tanto el asesinato del niño palestino como el intento de incendiar la iglesia, aseverando que tales acciones se realizan “para completar el plan para estabilizar la ocupación y judaizar y anexar más partes de los territorios palestinos al régimen sionista”.
Por tanto, el FPLP pidió “una Intifada (levantamiento) popular” y “la activación de todas las formas de resistencia”, en reacción a los crímenes que cometen las fuerzas israelíes.
A pesar de que la Organización de las Naciones de Unidas (ONU) y la comunidad internacional exigen a Israel que ponga fin de inmediato a su expansionismo, el régimen sionista sigue con sus planes de construir más colonias en las tierras palestinas, sobre todo en Cisjordania.
Ante tal situación, los palestinos protestan de manera regular y pacífica contra el régimen de Tel Aviv, pero Israel, se vale del mutismo internacional para matar a sangre fría a los palestinos desarmados y continuar con sus planes anexionistas.
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