Un grupo de palestinos grabó el viernes a los colonos mientras atacaban con piedras a los aldeanos palestinos a plena luz del día y en presencia de cuatro soldados israelíes.
Los choques se produjeron después de un incendio entre las aldeas palestinas de Urif y Asira al-Qiblia, ambas ubicadas en la ciudad de Nablus (Cisjordania), según ha informado este lunes el diario israelí Haaretz.
La organización no gubernamental israelí Yesh Din dijo que después del incendio decenas de colonos israelíes llegaron desde el asentamiento cercano de Yitzhar acompañados por soldados y comenzaron a arrojar piedras a los palestinos y a sus viviendas. También quemaron varios campos palestinos y provocaron daños en varias casas y propiedades palestinas.
Un portavoz de Yitzhar acusó a los habitantes de Urif de iniciar los enfrentamientos y de prender fuego a su propia aldea, algo que niegan los palestinos.
La yeshiva [seminario judío ortodoxo] que predica la incitación [al odio y la violencia] en Yitzhar debe cerrarse”, insistió la diputada israelí Tamar Zandberg, del partido opositor Meretz, denunciando el aumento de ataques de colonos radicales a los palestinos en Cisjordania.
Los colonos de Yitzhar y las localidades aledañas protagonizan constantes ataques a los palestinos y asaltan con impunidad las aldeas de estos últimos para apoderarse de sus tierras fértiles.
El 13 de abril, la ONG Yesh Din denunció que más de 50 colonos enmascarados provenientes de Yitzhar penetraron en la aldea de Urif, rompieron los cristales de los automóviles y lanzaron piedras a los residentes.
“La yeshiva [seminario judío ortodoxo] que predica la incitación [al odio y la violencia] en Yitzhar debe cerrarse”, insistió la diputada israelí Tamar Zandberg, del partido opositor Meretz, diciendo que esta colonia “debe ser evacuada”.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó su preocupación en febrero por el aumento progresivo desde principios de 2019 de los actos de violencia y vandalismo de los colonos israelíes contra los palestinos.
El organismo internacional considera un “crimen de guerra” la expansión de los asentamientos ilegales construidos desde la ocupación israelí de los territorios palestinos de Cisjordania y Al-Quds (Jerusalén).
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