Por: Nahid Poureisa *
En 2015, durante las negociaciones sobre el acuerdo nuclear de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, hizo una profunda observación: el éxito de las negociaciones depende de la fortaleza interna, especialmente de la economía.
Advirtió que entrar en negociaciones desde una posición de debilidad conduciría a mayores concesiones impuestas por las potencias mundiales que se sientan al otro lado de la mesa de negociaciones.
El ayatolá Jamenei también subrayó la falta de confianza en las naciones occidentales, destacando su comportamiento inconsistente: cooperativas un día y antagónicas al siguiente. Fue claro en afirmar que no todos los desafíos de Irán provienen de las sanciones, pero comprender y contrarrestar sus efectos es crucial.
En el centro del régimen de sanciones se encuentra la manipulación de los sistemas económicos, diseñados para forzar a las naciones a tomar decisiones alineadas con los intereses de las potencias imperialistas. La solución, como destacó el Líder de la Revolución Islámica, es minimizar los impactos de estas armas económicas.
Cada nación enfrenta desafíos y oportunidades únicas, y para Irán, la estrategia de salida radica en desmantelar la influencia de la hegemonía económica estadounidense y del dólar, e integrar sus políticas económicas con aliados en el Sur Global, incluidos China y Rusia.
El ministro de Asuntos Exteriores de #Iran anuncia que su visita a #China abre un “nuevo capítulo” en la cooperación estratégica y las relaciones bilaterales.https://t.co/ODrrdLXXHw
— HispanTV (@Nexo_Latino) December 27, 2024
La urgente necesidad de desdolarización de Irán
La República Islámica de Irán debe reconocer la urgencia de ir más allá de la utilización del dólar estadounidense como arma. Esto requiere una estrategia política y económica integral y comprensiva.
Una estrategia de este tipo alinea las prácticas comerciales de la región con asociaciones más amplias con aliados de largo plazo, como China, Rusia, y otros países del Sur Global. Esta alineación exige un marco resistente frente a las presiones imperialistas, guiado por principios revolucionarios y el interés nacional.
El mayor énfasis del Líder de la Revolución Islámica en la resiliencia económica se refleja en su declaración de 2020, en la que afirmó que depender de las decisiones económicas extranjeras es un error estratégico.
Irán, argumentó, no puede basar su economía en los caprichos de las potencias externas. Este principio subraya la necesidad de independencia, no aislamiento, y un enfoque dialéctico para el compromiso global, uno que respete los ideales revolucionarios mientras aborda las realidades geopolíticas.
Mirar al Este: Un giro estratégico
Esta visión pone en foco la política de “Mirar al Este” de Irán. Irán debe profundizar sus vínculos con China, no como una medida reactiva contra Occidente, sino como parte de una estrategia a largo plazo y cuidadosamente planificada.
La posición de China como una potencia económica global, especialmente después de la guerra en Ucrania, ofrece a Irán oportunidades significativas de colaboración.
Por ejemplo, China y Rusia ahora realizan el 70 por ciento de su comercio en monedas locales, mostrando una alternativa exitosa a los sistemas dominados por el dólar estadounidense.
Tras la imposición de sanciones occidentales a Rusia debido a la guerra en Ucrania, los lazos económicos entre China y Rusia se han fortalecido significativamente, con notables aumentos en los volúmenes comerciales y la cooperación energética entre ambos países.
Crecimiento del volumen comercial
En 2023, el comercio total entre China y Rusia alcanzó un récord de 240 mil millones de dólares, lo que representó un aumento de más del 64 por ciento en comparación con 2021, antes del estallido de la guerra en Ucrania.
En 2023, las exportaciones chinas a Rusia superaron los 111 mil millones de dólares, lo que representa un aumento del 67 por ciento respecto a 2021. Los productos chinos ahora constituyen el 38 por ciento de la estructura de importación de Rusia.
Entre enero y julio de 2024, el comercio bilateral entre ambos países aumentó a 136,67 mil millones de dólares, marcando un incremento del 1,6 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior.
Cooperación energética
Rusia exporta aproximadamente 2 millones de barriles de petróleo por día a China, lo que representa más de un tercio de sus exportaciones totales de crudo.
En 2022, China gastó 81,3 mil millones de dólares en la importación de petróleo, carbón, GNL y gas por oleoducto de Rusia, frente a los 52,1 mil millones de dólares en 2021. El petróleo constituyó aproximadamente el 71,8 por ciento de estas importaciones, con el precio promedio del crudo ruso en 92 dólares por barril, frente a los 99 dólares por barril de otras importaciones de crudo de China.
En 2024, se espera que la producción de gas de Gazprom aumente a aproximadamente 416 mil millones de metros cúbicos (bcm), y que las exportaciones a China se proyecten en 31 bcm.
Moneda y transacciones financieras
La creciente interacción económica ha conducido a un mayor uso del yuan chino en el comercio bilateral, reduciendo la dependencia del dólar estadounidense y mitigando el impacto de las sanciones financieras occidentales.
Estos desarrollos subrayan una asociación económica cada vez más profunda entre China y Rusia, como respuesta estratégica a las sanciones occidentales y reflejo de un cambio hacia un paisaje económico global más multipolar.
Desde la operación militar de Rusia en Ucrania, las naciones occidentales han impuesto sanciones sin precedentes al país. A partir del 2 de agosto de 2024, se han impuesto 19 535 nuevas sanciones a Rusia, además de las 2695 que ya estaban en vigor antes de la invasión, lo que lleva el total a más de 22 000 sanciones.
A pesar de estas sanciones extensas, Rusia ha demostrado adaptabilidad, mitigando los impactos económicos anticipados. Factores como el aprendizaje de experiencias previas con sanciones, las medidas para evadir restricciones y las continuas interacciones económicas con actores globales significativos como China e India han contribuido a esta resiliencia.
Irán puede seguir el mismo camino bajo sanciones occidentales asfixiantes. A pesar de la presión económica de Occidente, la economía de Rusia no solo evitó el colapso, sino que creció significativamente, y su moneda nacional se mantuvo estable, lo que sorprendió a muchos analistas en Occidente.
Irán puede aprovechar sus lazos con China y Rusia para construir sistemas alternativos de pago, como los pioneros en los países BRICS, y eludir el sistema SWIFT (las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales). La capacidad de los iraníes para usar cuentas bancarias locales en Rusia demuestra el potencial de estos sistemas.
Relaciones Irán-China en la transición multipolar
La visita del ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, a China esta semana debe verse a través de este lente.
Esta visita no solo trató sobre los lazos bilaterales, sino también sobre el papel de Irán como líder dentro del Eje de Resistencia y su alineación con la transición hacia un orden mundial multipolar.
Esta relación se basa en principios mutuos, intereses geopolíticos compartidos y la resistencia a la hegemonía occidental. Los lazos de Irán con China no deben verse como una ficha de cambio para revivir el JCPOA o como un contrapeso a las tensas relaciones con Occidente.
En cambio, estos lazos reflejan un compromiso estratégico para reducir la dependencia de los sistemas occidentales.
Intereses de seguridad compartidos
La asociación entre Irán y China también se extiende a preocupaciones de seguridad compartidas, particularmente en la lucha contra el terrorismo. Los recientes desarrollos en Siria destacan la alineación de estos intereses comunes, con grupos terroristas, incluidas facciones de la región de Xinjiang en China, formando alianzas.
#Irán y #China: Asia Occidental no es campo de batalla de potencias
— HispanTV (@Nexo_Latino) December 28, 2024
🇮🇷Irán y 🇨🇳China enfatizan que Asia Occidental no debe ser escenario de una intervención “destructiva” de #potencias #externas para promover sus objetivos.
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La paz en Afganistán y Pakistán también es vital para ambas naciones, no solo para la estabilidad regional, sino también para el éxito de iniciativas clave como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) de China. La alineación de Irán con China en la búsqueda de paz y estabilidad en estas regiones refuerza aún más su asociación estratégica.
Llamado a la acción para Irán
El camino a seguir para Irán debe ser claro y estratégico. Profundizar los lazos con potencias como China y Rusia es esencial para reducir la dependencia de los sistemas económicos armados. En este tiempo de agitación global, Irán no puede permitirse devaluar su economía ni su posición en el orden mundial multipolar emergente.
La visita de Araqchi a China y la política más amplia de “Mirar al Este” no deben verse como meras tácticas, sino como componentes de una visión más amplia para la soberanía y la resiliencia de Irán.
Al alinear las políticas internas con asociaciones estratégicas y resistir las manipulaciones de Occidente, Irán puede salvaguardar sus intereses nacionales, fortalecer su economía y afirmar su lugar legítimo en el orden global.
* Nahid Poureisa es analista iraní e investigadora académica enfocada en Asia Occidental y China.
Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.