Según un informe del viernes de la agencia turca de noticias Hürriyet, esas fuerzas que acompañaban a la delegación femenina de baloncesto de Israel llegaron la noche de jueves a la capitalina ciudad de Ankara y fueron recibidas por 200 oficiales y fuerzas de la unidad de protección civil de Turquía.
Es de mencionar que ese viaje se produjo en el marco de las Eliminatorias del Campeonato Femenino Europeo de Baloncesto 2017, y el partido previsto para el 21 de noviembre entre el equipo femenino de baloncesto de Israel y el de Turquía.
Como detalla el informe, a su llegada al hotel donde tenían que alojarse, los agentes del Mossad controlaban personalmente la seguridad de cada habitación reservada para los israelíes, mientras que otros 100 efectivos turcos estaban desplegados en el hotel y en sus alrededores.
Estas iniciativas tuvieron lugar mientras la Policía de Ankara, a su vez, había tomado extremas medidas adicionales para el encuentro, y había declarado estado de alarma desde la llegada de la delegación israelí al polideportivo hasta su retorno al hotel.
Entre las medidas turcas para vigilar la seguridad del partido se destacan el despliegue de 1500 agentes policiales dentro y fuera del polideportivo; el despliegue de 350 fuerzas especiales en el salón; mientras que otros 500 elementos se mantenían vigilantes; el control meticulosos del salón y de las zonas aledañas antes del inicio del partido; el despliegue de un equipo de 200 fuerzas para garantizar el traslado de las atletas israelíes al salón y su regreso a hotel.
Pese a todas estas restricciones, durante el partido de ayer sábado los hinchas del equipo nacional turco lanzaron objetos contra las jugadoras israelíes cuando cantaban el himno israelí antes de la apertura del partido, presuntamente para manifestar su oposición al régimen de Tel Aviv, y el resto de los aficionados abuchearon y aplaudieron a los que lanzaron objetos.
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