“La política palestina es nuestra ‘línea roja’. Es imposible que aceptemos las políticas palestinas de Israel. Es imposible para nosotros aceptar la postura de Israel contra nuestros hermanos palestinos”, indicó el viernes a los reporteros el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan.
Erdogan dijo que los actos “despiadados” y la postura de Israel en territorio palestino son “inaceptables” para Turquía, de lo contrario, a su país le gustaría llevar los lazos a un punto mejor.
No obstante, indicó que las conversaciones entre su país e Israel “a nivel de inteligencia no se han detenido”, pero han tenido algunos problemas con algunas personas de alto nivel israelíes.
Erdogan hizo estas declaraciones después de que la página web Al-Monitor informara a principios de este mes de diciembre que Turquía, en una medida para mejorar relaciones con EE.UU., había seleccionado un nuevo embajador para enviar a los territorios ocupados, dos años después de que retirase a su embajador ante Israel, tras el asesinato de decenas de manifestantes palestinos por las fuerzas israelíes.
Además, las palabras del presidente turco llegan luego de que Israel firmara acuerdos de normalización de lazos con cuatro países en menos de seis meses.
Baréin y los EAU firmaron en septiembre una serie de pactos de normalización de lazos con Israel en la Casa Blanca (EE.UU.), ante la atenta mirada del presidente estadounidense, Donald Trump, quien busca, según el medio israelí Arutz Sheva, presionar la aplicación de tal medida en otros países de la región.
Sudán se unió a los citados países en octubre y se reconcilió con Israel, tras varias semanas de diálogos, en los que Washington desempeñó un papel crucial.
Marruecos, por su parte, anunció la normalización de sus lazos con el régimen de Israel el 10 de diciembre, a cambio del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Esto mientras que las autoridades palestinas advierten que la normalización con Israel acabará jugando en su contra y socavará la seguridad de los países árabes, pues allanará el terreno para “el establecimiento de una alianza militar”, liderada por el régimen israelí en la región.
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