La Federación Iraní de Fútbol comunicó el pasado viernes que había recibido una carta de la AFC, en la que notificó al país persa que, a partir de ahora, no puede ser anfitrión de los próximos partidos de clubes a nivel internacional debido a la agitación política con EE.UU.
Varios informes reportaron más tarde que la decisión fue adoptada después del derribo del avión ucraniano, un Boeing 737, cerca de Teherán (capital iraní), el pasado 8 de enero, un incidente ocurrido en medio de la escalada de tensiones provocada por EE.UU. tras el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, en un ataque aéreo en Bagdad (capital iraquí).
El ministro de Deporte y Juventud de Irán, Masud Soltanifar, ha denunciado, no obstante, este domingo, que la decisión adoptada por la AFC ha estado influenciada por “medios extranjeros hostiles”, en momentos en los que el país vive en máxima seguridad aérea.
“Irán es un país seguro y fuerte. No tenemos problemas con la seguridad aérea”, así lo ha indicado Soltanifar en una conversación telefónica mantenida con el presidente de la AFC, Salman bin Ibrahim al Jalifa, a quien ha manifestado también la dura protesta del país persa.
De este modo, el alto cargo del Deporte persa ha pedido a las autoridades de la AFC que reconsideren su polémica medida, para después indicar que garantizará personalmente la seguridad de los equipos de fútbol visitantes.
Una fuente próxima a la AFC ha señalado que la prohibición “todavía no es oficial” y que la decisión final se tomará “en las próximas horas” de este domingo. “Por ahora, es una recomendación de la Comisión de Competiciones (de la AFC), que debe ser aprobada por el Comité Ejecutivo”, según ha explicado esta fuente a la agencia francesa AFP.
Ante esta medida, los cuatro clubes iraníes que deseaban participar este año en curso en la Liga de Campeones asiática (Persépolis, Esteqlal, Sepahan y Shahr Jodro) han amenazado con retirarse de la competición si se confirma la prohibición.
Las autoridades persas han lamentado en reiteradas ocasiones que el “error humano” que causó el derribo del avión ucraniano ocurriera en medio de la “atmósfera de intimidación y amenazas” provocada por EE.UU. tras el asesinato del general Soleimani.
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