76 vehículos de lujo, cuyo valor estimado supera los 5,5 millones de dólares, pasaron debajo de un buldócer, como parte de la campaña contra el contrabando y la corrupción que lleva a cabo el presidente Duterte.
El evento para la destrucción de 68 automóviles y ocho motocicletas de lujo contrabandeados a Filipinas tuvo lugar el 30 de julio en Port Irene, en la provincia septentrional de Cagayán, y contó con la presencia del mandatario del país.
Esta medida es la segunda de este tipo que se lleva a cabo en Filipinas, luego de que en marzo pasado fueron destruidos 14 automóviles de lujo que formaban parte de un cargamento de contrabando.



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