El ministro del Interior británico, Sajid Javid, ha acusado este lunes a Hezbolá de intentos para desestabilizar el Oriente Medio y ha anunciado que se prohibirá cualquier actividad política de la Resistencia libanesa en el Reino Unido.
“No podemos hacer más la distinción entre el ala militar, que ya está prohibida, y el partido político. Por ello tomamos la decisión de prohibir al grupo en su totalidad”, ha indicado Javid, citado por el diario local The Independent.
Londres consideraba el ala militar de Hezbolá como una organización terrorista, pero sus miembros podían operar en el país europeo. El Reino Unido prohibió el ala militar del movimiento libanés en 2008 tras acusarle de atacar a unos soldados británicos en Irak.
La nueva medida, no obstante, ha sido adoptada en el marco de las estratagemas de Estados Unidos para aumentar su presión contra Hezbolá, especialmente, tras su victoria en las elecciones legislativas de El Líbano.
No podemos hacer más la distinción entre el ala militar, que ya está prohibida, y el partido político. Por ello tomamos la decisión de prohibir al grupo en su totalidad”, ha indicado el ministro del Interior británico, Sajid Javid, tras informar de la inclusión del brazo político de Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas.
El pasado viernes, Hezbolá consideró “inaceptables” las críticas de EE.UU. sobre su papel en el Gobierno libanés, pues con ellas, dijo, la Administración estadounidense “viola la soberanía nacional” del país árabe.
El 4 de febrero, el líder de Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, rechazó rotundamente las acusaciones del premier israelí, Benjamín Netanyahu, y sus aliados estadounidenses de que su movimiento tiene el control del Gobierno e hizo hincapié en que la nueva Administración pertenece a todas las facciones políticas de El Líbano.
Nasralá manifestó que Netanyahu está “provocando a Estados Unidos, países europeos y Estados árabes del Golfo Pérsico contra el Gobierno libanés. “Tales afirmaciones falsas tienen serias repercusiones internacionales”, enfatizó.
Casi nueve meses después de las elecciones legislativas, el 31 de enero, El Líbano anunció la formación de un Gobierno, con tres ministros afiliados a Hezbolá, que terminó con ocho meses de disputas en medio de temores de un colapso económico.
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