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Publicada: jueves, 1 de noviembre de 2018 21:18
Actualizada: martes, 13 de noviembre de 2018 22:28

Han estado a punto de lograr formar nuevo Gobierno en El Líbano, sin embargo, un nuevo enfrentamiento dilató de nuevo este importante paso.

Esta semana El Líbano pudo haber tenido un nuevo Gobierno tras 6 meses de dilación y negociaciones. Pero el sueño se desvaneció con la aparición de una nueva traba.

El primer ministro de El Líbano, Saad Hariri, fiel aliado de Arabia Saudí, se niega a dar un Ministerio que represente a los candidatos electos suníes independientes, queriendo así monopolizar la cuota suní del sistema confesional libanés.

A estas acusaciones el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) no se pronuncia pero sí dice, al igual que el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, que es legítimo que se les dé participación a los suníes independientes.

El miedo a una caída en picado de momento no puede desatar los últimos nudos que impiden la formación de Gobierno de entente. Este es un tablero de juego donde solo participan la esfera política, mientras el pueblo libanés mira expectante.

El presidente libanés, Michel Aoun, señaló que lo que está sucediendo es producto del sistema confesional nacional, aunque hay que apremiarse porque la situación económica lo requiere.

El Banco Mundial (BM) advierte de desaceleración económica, y los libaneses asumen que sin Gobierno no llegarán los proyectos acordados en París, capital de Francia, este año.

Tensión política y economía que se respira a pie de calle, al mismo tiempo que se atisba en el cielo libanés los cada vez más frecuentes vuelos de cazas del régimen de Israel.

Isabel Pérez, Beirut.

xsh/mkh