El diario The Washington Post ha informado que funcionarios de varias agencias gubernamentales han declarado que la Administración del presidente Joe Biden les había ordenado no hablar públicamente sobre lo ocurrido en el cielo de la ciudad de Isfahán, sita en el centro de Irán.
Según el informe, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, se negó a comentar “si Washington advirtió sobre el ataque o no”, pero enfatizó que “Estados Unidos no ha participado en ninguna operación ofensiva”.
La madrugada del viernes sistemas de defensa aérea de Irán se activaron en una base militar en las afueras de la ciudad central de Isfahán y derribaron varios “objetos sospechosos”, según reportaron medios nacionales.
Posteriormente, las autoridades persas identificaron los objetos desconocidos como tres cuadricópteros israelíes.
De inmediato, los medios occidentales atribuyeron el suceso a la respuesta de Israel a la operación punitiva ‘Verdadera Promesa’ que Irán lanzó el domingo contra los territorios ocupados tras la agresión de los sionistas contra el edificio consular de Irán en Siria.
A pesar de los intentos de los medios afines a Israel para magnificar el incidente, las autoridades de Irán aseguraron que el ataque no causó ningún daño material y humano.
Irán ha dado por concluida su acción contra el régimen de Tel Aviv, que defiende como “legítima, recíproca y proporcionada” y ha advertido que, si Israel comete cualquier nueva agresión a los intereses iraníes o recurrir la fuerza, la República Islámica de no dudará en ejercer su derecho inherente a dar una respuesta inmediata, decisiva y dura en defensa propia.
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