Crece la preocupación entre las autoridades de EE.UU. a medida que se va conociendo el alcance del ataque cibernético del que fueron objeto algunos organismos estadounidenses vinculados a su arsenal nuclear, hackeo del que informó hace unos días la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad (CISA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Las fuentes de la CISA informaron el viernes de que un grupo de piratas informáticos habían conseguido acceder a las redes vinculadas a la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía del país norteamericano.
Fuentes de este organismo, consultadas por medios locales, creen que este ataque forma parte de una campaña de infiltración cibernética masiva que comenzó en marzo y que supuestamente llevaron a cabo hackers rusos.
La CISA advierte que este hecho constituye un grave peligro tanto para el Gobierno de EE.UU. como para las redes privadas encargadas del suministro de energía a los estados que conforma la nación estadounidense.
Si bien el ataque a gran escala a dichas redes gubernamentales solo habría tenido un “éxito parcial”, representa, según los expertos, uno de los peores en la historia del país norteamericano y deja al descubierto fallos críticos en la seguridad cibernética de Estados Unidos.
Los hackers habrían tenido acceso a la red de la Comisión Federal Reguladora de Energía de EE.UU., que se encarga de administrar el arsenal nuclear del país. No obstante, la CISA asegura que toda información relativa a esta sección habría permanecido a salvo.
“En este momento, la investigación ha encontrado que el malware ha sido aislado a las redes de negocios solamente, y no ha impactado las funciones de seguridad nacional esenciales del departamento, incluyendo la Administración Nacional de Seguridad Nuclear”, dijo un vocero del Departamento de Energía de EE.UU. a los medios.
Rusia rechaza las acusaciones de EE.UU. e insiste en que no es responsable de los dichos ataques.
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