El Departamento de Defensa de EE.UU. (Pentágono) tomó la decisión de devolver a sus fuerzas desplegadas en la capital a la base de operaciones de Fort Drum en la ciudad de Nueva York, ha dicho este viernes el secretario del Ejército estadounidense, Ryan McCarthy a la cadena CNN.
De acuerdo con la fuente, unos 1600 soldados en servicio activo se desplegaron en Washington D.C., la capital, para sofocar las protestas tras el asesinato de George Floyd, un afrodescendiente que murió a manos de un agente blanco. Del grueso de los 1600, otros 700 regresaron el jueves a la instalación militar de Fort Bragg en Carolina del Norte (este del país).
Por su parte, Chris Mitchell, el vocero del Pentágono, en un comunicado emitido este mismo viernes al medio estadounidense Voz de América (VOA, Voice of America), ha informado sobre la referida decisión, “(…) monitoreamos constantemente esta situación dinámica. El retorno del resto de los miembros del Ejército en servicio activo dependerá de las condiciones”, ha enfatizado.
Esto ocurre en medio de las tensiones entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y Esper, quien el miércoles mostró su firme rechazo a la recomendación del mandatario sobre el despliegue de la Guardia Nacional “en cantidades suficientes” para detener las movilizaciones que siguen con un ritmo imparable en el país.
El lunes, Trump advirtió que en caso de que no cesaran los disturbios, movilizaría "todos los recursos federales disponibles, civiles y militares".
La gestión de Trump ante las protestas y la ira de los estadounidenses por la muerte de Floyd ha generado una ola de críticas de Gobiernos y organismos internacionales, pues en lugar de condenar la violencia policial contra las personas de raza negra, ha pedido mano dura contra los descontentos, tachándolos de “matones y ladrones”, ha amenazado con dar la orden de disparar y hasta ha dicho que sus fuerzas están listas para “soltar perros feroces” a fin de frenar a los manifestantes.
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