“El propósito de Estados Unidos en este momento es usar incluso esta crisis para crear una nueva Guerra Fría intencionalmente, no por accidente ni por destino o por resignación a la realidad, sino por intención, porque China se estaba volviendo demasiado poderosa a los ojos de ellos”, declaró el viernes Jeffrey Sachs, el asesor especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en una entrevista concedida a la cadena británica BBC.
Sachs —que es considerado uno de los economistas más influyentes del mundo— lamentó que, mientras muchos países están luchando contra la pandemia de COVID-19, el presidente de EE.UU., Donald Trump, “está trastornado y cada día en su cuenta de Twitter ataca a personas aquí y allá, acusa al expresidente (Barack Obama) de grandes crímenes y acusa a China de terribles crímenes”.
El economista también condenó la respuesta de la Administración de Trump ante la crisis de COVID-19 y enfatizó que el mandatario republicano es absolutamente venal, ignorante y desafortunadamente se interpuso en el camino de la mínima cordura en la respuesta a esta crisis. Razón por la cual, añadió, ahora se ve un colapso completo del sistema de salud pública y una incapacidad de obtener máscaras faciales en el país norteamericano.
“La actitud de Trump es tratar de romper el sistema internacional en su médula, romper la Organización Mundial del Comercio, retirarse de cualquier tratado, romper los acuerdos de armas, gastar billones o más en una nueva generación de armas nucleares”, sostuvo Sachs.
Asimismo, zanjó que todo lo que quiere hacer Trump es usar la pandemia, y está teniendo algún efecto en la opinión pública, como una ocasión para instigar una nueva Guerra Fría con China.
Washington ha reforzado en las últimas semanas sus críticas contra Pekín, insistiendo sin pruebas que un laboratorio de la ciudad china de Wuhan fue el lugar donde se creó el nuevo coronavirus y que China no dio la información completa sobre el brote a tiempo.
China rechaza estas declaraciones sin fundamento e indica que el origen de la COVID-19 se halla en realidad en EE.UU., desde donde el Ejército del país norteamericano podría haberlo llevado a la ciudad de Wuhan.
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